YA AHOGADOS, TAPAN EL POZO
Las autoridades fronterizas de EU decidieron ponerse estrictos en la atención médica a los niños migrantes bajo su custoida, después de dos pequeños muertos
No fue una, sino dos las muertes que tuvieron que ocurrir para que los responsables de migración de Estados Unidos atendieran a los niños centroamericanos que, luego de atravesar cientos de kilómetros, cruzan la frontera débiles y enfermos. Ayer, la Patrulla Fronteriza (CBP) ordenó exámenes médicos a todos los infantes que tienen bajo su custodia después de que la Nochebuena pasada murió Felipe Gómez Alonso (8 años), en un hospital de Nuevo México.
Felipe se convirtió en el segundo niño guatemalteco fallecido en el mismo sitio y similares condiciones a las de Jakelin Caal, de siete años y cuya historia fue ocultada durante una semana. Demasiado tarde, y tras publicar una cronología de las últimas horas de vida del niño, la CBP realizará cambios a sus protocolos.
Según el jefe de la CBP, Kevin McAleenan, la precariedad en el trato a los migrantes se debe a que la cantidad de niños que arribaron este año ya rebasó la capacidad de los centros de detención, construidos, además, hace más de 40 años.
“¿Cuántos niños tienen que morir para que pongan un alto? No es normal lo que está pasando: que los niños mueran”
“No es normal que tengamos niños encarcelados. Aunque el Gobierno les llame ‘albergues’, sabemos que son cárceles”
Isabel García | Coalición de los Derechos Humanos de Arizona
“Hoy hay más niños que nunca antes bajo nuestra custodia. A este ritmo, a fines de diciembre, tendremos casi 25 mil”
Kevin McAleenan | Jefe de Protección de Aduanas y Fronteras (CBP)