PRESIONAN DUEÑOS DE BARES
Aseguran que es mejor permitirles abrir sus negocios con las medidas adecuadas, que arriesgarse a que los jóvenes sigan en fiestas y sonideros clandestinos de los que hay por toda la ciudad
Los bares y discotecas son uno de los gremios más golpeados por la epidemia y los que tendrán que reabrir hasta el último, cuando el semáforo epidemiológico esté en verde, por lo que aseguran que la mayoría de estos negocios está al borde de la quiebra.
Más de 4 mil empresarios de la Asociación Mexicana de Bares, Discotecas y Centros Nocturnos hicieron un llamado urgente al Gobierno de la CDMX y a los mandatarios de los 31 estados de la República, a que se garantice un trato equitativo con el avance de semáforo epidemiológico del covid-19 en comparación con otras industrias del entretenimiento, para así abrir todas las ramas del sector, ampliar aforos y horarios, en la medida que lo posible.
La asociación gremial pide que se les permita volver a abrir a más tardar en octubre próximo, además presionan para poder abrir con un aforo de 40% y cerrar hasta las dos de la mañana, asegura que con esto se evitaría la pérdida de empleos.
Además exigen garantías de que las reglas de operación de reapertura serán flexibles y compatibles a la realidad de la vida nocturna.
Helking Aguilar Cárdenas, presidente de la Asociación Mexicana de Bares, Discotecas y Centros Nocturnos, aseguró que para todos es bueno que se les permita abrir, “no somos un grupo que busque intereses políticos; sólo buscamos el que nuestros negocios puedan funcionar nuevamente al 100% bajo la normatividad que nos regula”, señaló en un llamado desesperado.
SON UN ESCAPE SOCIAL
Para los empresarios del ramo de bares y antros, sus negocios representan un beneficio social al ayudar a que la gente se relaje y pase un buen momento compartiendo con los amigos en una sana distancia.
Es por ello que Helking Aguilar Cárdenas asegura que son una “válvula positiva de escape social, pero además generamos empleos directos e indirectos, pagamos impuestos y con los nuevos protocolos somos más seguros que las crecientes fiestas clandestinas que se llevan a cabo en bodegones y se promueven a través de redes sociales hacia los jóvenes de entre 18 y 28 años, quienes son nuestra clientela frecuente en 80 por ciento”.
Explicó que está demostrado que lo prohibido termina por generar “economía negra y mayor riesgo a la salud ante una pandemia como el Covid-19 con las fiestas clandestinas”.