'TRILLIZOS' DE TRICAMPEONATO
La década de los 90 fue de los Cowboys que, comandados por Aikman, Smith e Irvin, dominaron la Liga con tres anillos de monarcas de Super Bowl
Los Steelers estaban en su yarda 32 con 4:08 minutos del Super Bowl XXX cuando Larry Brown leyó la mirada de Neil O’Donnell para interceptarle el balón. Pittsburgh estaba sólo tres puntos abajo en el marcador, pero aquel último eslabón de la cadena de errores del quarterback fue la epítome de una desastrosa actuación que ayudó a los Cowboys a redondear una de las más dominantes dinastías de la NFL, que dominó a placer en la década de los 90.
Ese 28 de enero de 1996, el esquinero de la Estrella Solitaria se consagró como el MVP del juego gracias a sus dos intercepciones, una condecoración que fue la punta del iceberg de un equipo de antología.
Emmitt Smith, Troy Aikman, Michael Irvin, Charles Haley y Deion Sanders fueron los arquitectos de un imperio que ganó tres Super Bowls en un lapso de cuatro años a pesar de hacerlo con dos entrenadores distintos.
Fueron Jimmy Johnson -ganador de dos anillos- y Barry Switzer, quien puso la última pieza del rompecabezas a costa de los Steelers, las cabezas de un proyecto que hizo historia en la NFL, colocando a la franquicia texana como la más ganadora, hasta ese entonces.
Pero aquel dominio sólo se entiende a través de los 'Triplets': AIkman, Smith e Irvin, tres de los mejores jugadores en sus respectivas posiciones, siendo el corredor aún el máximo acumulador de yardas por tierra en la historia de la liga con 18 mil 355, registro que parece inalcanzable.
La franquicia de la Estrella Solitaria vivió una década de ensueño, con tres Super Bowls jugados -y ganados- además de
una Final de Conferencia.
De los 28 vaqueros que han sido inducidos al Salón de la Fama, siete miembros (seis jugadores y el coach Johnson) fueron parte de aquella constelación de leyenda que los aficionados de la Estrella Solitaria aún suspiran de recordar con añoranza esos años en que la felicidad era cotidiana.