EL MÁS GRANDE
Rafael Nadal volvió a su rutina: dominar la arcilla y hacer de Roland Garros su territorio, pues luego de vencer con maestría a Novak Djokovic, alcanzó su decimotercera corona
No importaron las circunstancias, la pelota, la humedad, el frío, la falta de público o tener al número uno el mundo enfrente, la Fiera no deja de rugir. Rafael Nadal es el de siempre y volvió a imponerse en la Philippe Chatrier, levantó su corona 13 en Roland Garros al derrotar 6-0, 6-2 y 7-5 a Novak Djokovic y ya es, junto a Roger Federer, el más ganador de Grand Slams con 20 títulos.
A sus 34 años, el mallorquín llegó a 100 victorias en el Major de París y parece que no es suficiente tras 15 años en los que ha convertido las pistas de alfombra roja en su dominio. De los 86 campeonatos en su carrera, 60 han sido en arcilla.
Las condiciones pintaban a favor de Nole, pero el serbio nunca apareció, lo dominó una Fiera. Nadal quebró primero, desde el comienzo impuso condiciones, con una técnica impecable, perfecta. Así, llegó el apabullante 6-0 del primer set.
Rafa fue un monstruo. Y Novak estaba perdido. El serbio sumó su primer game tras 55 minutos de partido, pero no fue suficiente.
El de Manacor continuó variando su estilo, jugando desde el fondo, abriendo ángulos, acercando la pelota a la red. El segundo set también fue suyo (6-2).
La tercera manga arrancó de forma distinta. El #1 del mundo parecía despertar y echó algunos gritos de guerra al ponerse en ventaja en el set. El 5-5 ilusionaba con una Final más disputada. Pero los errores continuaron, el serbio regaló el sexto game a Rafa con una doble falta.
El balear sostuvo su saque y sentenció su partido impecable, sólo 14 errores no forzados, por 52 de Djokovic. Fue un torneo sin errores, sin ceder sets, una obra perfecta que terminó con la Copa de los Mosqueteros número 13 y con Rafael Nadal, ahora más grande, inmortal, legendario e irrepetible que nunca.