Elogio regalado
No es sólo una frase hecha y gastada: "Cuando Chivas anda bien, le va bien al futbol mexicano", es una realidad. Al fin vemos a un Rebaño protagonista en Liga MX, metido en zona de Liguilla directa, algo que da sazón al torneo y al debate de cómo se debe armar la Selección con las opciones tapatías.
Pero el aplauso que hoy se ganó Guadalajara es exagerado y se debe evidenciar para no engañar. Parece que logró algo extraordinario, cuando en realidad en su calidad de uno de los dos más grandes del país, el puesto es obligatorio.
El Rebaño no logró trascender la mayoría de las veces desde la reaparición del Repechaje, y solo una vez en que clasificó así, fue Campeón (Apertura 2006): Nunca terminó entre los cuatro de arriba para entrar directo a Liguilla, más de la mitad encaró Reclasificación por debajo del octavo puesto. En cambio, América es el único que siempre culminó a tope, sin requerir este tipo de eliminación; superlíder, goleador, mejor defensa y cuanta estadística relevante se te ocurra. La diferencia es que a las Águilas nunca se les regala el aplauso, no hay elogio fácil, al contrario, se sabe que sin el título no basta.
Hoy, Chivas es el hijo pródigo que por fin vuelve a su lugar y recibe fiesta con fanfarrias, mientras que el hermano que siempre cumplió, en lugar de armarle jolgorio, ahora cae de esa posición obligatoria y se le quiere desterrar.
Ahí radica otra diferencia de grandeza. Es positivo que el Guadalajara esté arriba en la Tabla General, pero que no se olvide que nunca debió bajar de ese lugar.
Y SE DIJO.