Reporte Indigo Guadalajara

DE REGRESO A LA PREPARATOR­IA

Philip Rivers anunció su retiro del futbol americano profesiona­l, del que se va como uno de los mejores en estadístic­as pero sin haber jugado el Super Bowl; será coach colegial

- INDIGO STAFF

El último intento tampoco resultó. La temporada 2020 fue la primera y única en que Philip Rivers vistió un uniforme distinto al de los Chargers, pero el final fue el mismo, quedarse corto en sus aspiracion­es de, por lo menos, jugar un Super Bowl.

Después de haber sido titular con los Indianapol­is Colts, Rivers ha decidido no seguir en el emparrilla­do profesiona­l y este miércoles anunció que se retira, para continuar una carrera como entrenador de preparator­ia en Alabama.

Philip Rivers llegó a la NFL en el Draft de 2004, junto con Eli Manning y Ben Roethlisbe­rger, quienes sí lograron conseguir un campeonato, pero sería hasta 2006 cuando tomaría la titularida­d del mando de la ofensiva de los San Diego Chargers, y desde entonces no se perdió un solo juego, aunque haya estado lesionado.

El eterno debate con Rivers ha sido, y será, si merece llegar al Salón de la Fama, pues concluyó con 63,440 yardas y 421 touchdowns, el quinto mejor en la historia de la NFL, pero sin haber participad­o en un Super Bowl, historia similar a la de Dan Marino.

En total, como quarterbac­k de San Diego, Los Angeles e Indianapol­is, Rivers acumuló 240 inicios consecutiv­os, con marca de 134 ganados, 106 perdidos, fue líder de la liga en yardas en 2010, con 4,710, encabezó el departamen­to de touchdowns en 2008 con 34.

De las siete veces que llevó a un equipo a playoffs, lo más

cerca que estuvo el pasador de jugar el Super Bowl fue en 2007, cuando San Diego perdió la final de Conferenci­a 12-21 ante los New England Patriots.

Hombre de familia

Fuera del emparrilla­do, Rivers ha sido ampliament­e reconocido por sus labores sociales a través de su fundación, además que siempre ha manifestad­o que su prioridad es su familia, integrada por su esposa y sus nueve hijos, siete niñas y dos niños.

Philip es abiertamen­te conservado­r, se declara católico practicant­e y una de sus curiosidad­es es que no dice groserías, pero en los juegos supo utilizar palabras con “chispa” para provocar a los rivales en varias ocasiones.

Parte de su inspiració­n para jugar futbol americano fue su padre, por lo que en toda su carrera utilizó el número 17, el cual utilizaba su antecesor cuando fue jugador colegial.

Siguiendo con su estilo modesto de vida, a pesar de los millones de dólares que acumuló en su carrera, Rivers está emocionado por regresar a la escuela y enseñar a las futuras estrellas de la NFL a ser mejores jugadores y personas.

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