Inspiran a cuidar que el ambiente
“A inicios de los 90, cuando empezaba a plantear mis dibujos a las editoriales, les gustaban, pero me decían que el medio ambiente no era noticia, que para que tuviera esa particularidad tendría que haber cuestiones de coyuntura”, admite.
Después de las negativas, Víctor decidió tratar ese tipo de tópicos con humor y no como denuncia, pues confiesa que el lado divertido es un vehículo bastante efectivo para decir las cosas de un modo amable y que no lo rechacen antes de conocer de qué se trata.
Tras años de experiencia, de dejar varios lápices sin puntilla y de dibujos publicados, algunas de las últimas obras de Víctor tratan justamente de temas actuales, como el sargazo y el alga marina que se ha visto presente en las costas de Cancún y de la Riviera Maya.
el libro que dice más diciendo nada
ocasiones resulta tortuoso hacer conexión con el lector por medio de un dibujo sin palabras, porque esos trazos pretenden dar a entender lo que el autor trata de explicar desde su perspectiva.
“Es algo complejo y siempre piensas ‘¿lo lograré?, ¿lograré hacerlo efectivo?’ (…) Hay un lenguaje corporal en el que debes de narrar los sentimientos, lo que está pasando en la escena, llevar tus trazos a lo absurdo, exagerar un poco para que detone en las personas y logre algo dentro de ellas”, explica Solís.
la vida de un cartonista
medios, Víctor pretendía ser biólogo marino. Pero entre su conciencia y la observación de quienes estaban junto él, al notar que esa no era su dirección, decidió seguir representando en papel lo que para él era importante.
“En el siglo pasado aún había ciertas ideas impartidas en gran parte por las familias, de que hay carreras que garantizan tu supervivencia. (Incluso) mi papá me llegó a comentar que estaba bien que yo dibujara, pero también me insinuaba estudiar otra cosa. Pero me mantuve, me mantengo y mantengo a mi familia con esto”, finaliza.