‘ni socialista ni comunista’
Las ideas del papa Francisco con respecto a muchos temas polémicos para la iglesia católica no significa que no respete el catolicismo, simplemente es una forma de tratar de adaptar a la institución a la actualidad
Aramis Augusto Reynaud Melgar opina que las personas que señalan al papa Francisco de progresista es porque, a lo mejor, no conocen mucho la doctrina social de la iglesia.
El papa, asegura el politólogo e internacionalista, sin duda ha apostado más por ser un papa que hace una labor de doctrina social, más que una moral, en el sentido de hablar de la pobreza, de las desigualdades y de la explotación, por eso a veces injustamente se le ha acusado de ser comunista o socialista.
“Contrario a lo que se dice mucho en los medios, el papa Francisco no se aparta de la doctrina social de la Iglesia católica, simplemente la continúa con un nuevo lenguaje, quizá más fresco, pero no diferente: su crítica al individualismo, a los excesos del capitalismo, al neoliberalismo y a los ‘males de la modernidad’ no son muy diferentes a lo que la Iglesia tradicionalmente ha expresado, incluyendo a papas tan ortodoxos como Juan Pablo II, que hizo una crítica similar en su famosa encíclica Centecimus Annus (1991), y a las críticas que la Iglesia desde el siglo XIX con la encíclica Rerum Novarum (1864), que es el gran referente de la posición de la Iglesia respecto al liberalismo, el socialismo y la modernidad”, argumenta Reynaud.
Al estudiar la doctrina social de la Iglesia católica, el especialista dice que es evidente que el papa Francisco no es muy diferente en sus posicionamientos a lo que han sido sus antecesores. Quizá la diferencia es que lo hace de forma más enfática, más mediática y con un carisma particular.