Desde Wall Street
quien previo a la pandemia inició una agresiva campaña en esta materia. En 2017 hizo una fuerte reducción de impuestos aumentando de manera considerable el déficit fiscal y en 2019 la relajación monetaria con tres recortes en la tasa de interés.
Pese a estas medidas, la
golpeó indicadores como la producción industrial, independientemente a que datos como el empleo indicaban una economía fuerte, lo que ya se observaba era un agotamiento, el catalizador para la debacle económica fue el COVID-19.
El ha sido el principal estandarte de Donald Trump, en donde se ha observado un comportamiento un poco inusual en la bolsa de Estados Unidos durante los últimos meses, mientras nos encontramos ante una de las peores recesiones económicas en la historia.
El efecto Trump y la
en manos de algunos inversionistas retail ha sido un factor importante de especulación para las fuertes subidas en los índices bursátiles.
Muchos de estos inversionistas y especuladores están a la espera de que gane Donald Trump, porque buscan una inyección más de dinero y
sin conocer los efectos que pueda traer a mediano plazo para la economía, los mercados y las finanzas del país.
Si bien los mercados están a la espera del resultado para saber a qué postura de política económica se enfrentarán, el principal desafío para cualquiera de los dos será el tema sanitario que se enfrenta a una
y que pronostica efectos catastróficos en la ya golpeada economía estadounidense, veremos cómo lo afrontan y la reacción del mercado.