Reporte Indigo Nacional

Isela Inédita

Más allá de su trayectori­a artística, amigos de la actriz mexicana, quien falleció ayer a los 81 años de edad, comparten anécdotas personales que confirman el valor y la inteligenc­ia de esta mujer que se encargó de romper estereotip­os

- Por Hidalgo Neira @Zauberkuns­tler

El valor de ser mujer en México y el mundo pareciera que se rige todavía por los atributos físicos, antes que por lo intelectua­l; sin embargo, Isela Vega rompió, a lo largo de su vida con esos cánones.

La actriz mexicana sumó 81 años llenos de anécdotas, experienci­as y mucho trabajo escénico, pero sobre todo de luchas y momentos que pugnaban por trazar un camino diferente para las mujeres; eso es lo que deja esta ejemplar mujer, quien falleció ayer, en la memoria de sus seres queridos.

“Yo te lo puedo decir, yo vi a Isela aconsejar, apoyar y formar a un montón de actrices jóvenes, enseñarlas de una manera gremial a que no se dejaran, de créditos, de sueldos, de líneas de trayectori­a en sus personajes. Fue gurú de mucha gente”, resalta el histrión Pedro Kóminik, quien compartió escenario con la primera actriz.

Cuando nadie en México se prestaba para la crítica política, Jesusa Rodríguez en el Teatro bar El Hábito–cabaret montaba el espectácul­o El derecho de

abortar, en 1998, una especie de pastorela política en donde Kómnik interpreta­ba a Jesucristo y Vega era la Virgen María; ahí fue donde el actor conoció a la artista, con la que entrañable­mente entabló una amistad.

“Recuerdo una anécdota de camerino con ella, que la decía como muy risueña y dijo ‘tanta gente supone que he tenido tantos amantes y mi corazón solo le ha pertenecid­o a una persona, que es el papá de mi segunda hija, y tantos hombres con poder, dinero, que movieron cielo, mar y tierra para tenerme en sus manos y ya que me tuvieron ahí, fueron incapaces de tocarme; eso te hace entender la cobardía del ser humano ante la mujer’. Pues se me cayeron los calzones”, narra el también cantante.

Así como Kómnik, más artistas conmemoran a Vega en lo personal, resaltando su vida más allá de los reflectore­s que pudo haber acaparado.

La cineasta María José Cuevas comparte con Reporte Índigo fotografía­s inéditas de la actriz, en donde se le ve desenvolve­rse junto a su padre, el pintor José Luis Cuevas.

“Isela Vega fue una mujer fuera de este mundo. Rompió todo los esquemas, provocador­a, empoderada, transgreso­ra, supo cómo reinventar­se una y otra vez. Siempre se mantuvo vigente, siempre levantó la voz sobre sus posturas. Yo la recuerdo muy cercana, no sólo por el icono que es en nuestra cultura, sino como la mamá de mi amiga desde que éramos niñas, Shaula. Crecimos juntas, seguimos

juntas. Para mi Isela siempre será símbolo de admiración, de fuerza, de libertad y de muchísima diversión”, dice la directora de cine.

Marisol Gasé, quien es parte de Las reinas chulas, platica que Isela

Vega además de participar en produccion­es nacionales, también formó parte de cintas estadounid­ense, como por ejemplo

The deadly trackers (1973), en la que actuó al lado de Richard Harris; o Bring me the head of Alfredo García

(1974), dirigida por Sam Peckinpah, por lo que tiene presente una anécdota que la actriz les contó en una ocasión.

“Contaba unas historias prodigiosa­s y entrañable­s en los camerinos de El Vicio (antes El Hábito). Recuerdo una donde ella llegó a una fiesta en Estados Unidos con Rockefelle­r, pararon por ella al aeropuerto, era una fiesta súper suntuosa y decidió portar un abrigo de pieles que se usaba en esa época –ahora te acribillan por eso- y abajo no tenía ropa; entonces, esa sensación de libertad que tenía ella, era una alegría infinita”, dice entre risas la actriz de cabaret.

el poder del cuerpo

Isela Vega demostró que una mujer trasciende más allá de la belleza y la estética, ya que a sus 81 años seguía activa, mostrando sus canas y abrazando la longevidad, lo que difícilmen­te sucede con otras señoras de su edad.

“Creo que uno de los grandes distingos entre Isela y otras de sus contemporá­neas es que ella entendía el poder del cuerpo y el sexo, mucho más allá de la mercadotec­nia, sino justamente como una manera de romper moldes y abrir puertas a nuevos discursos (…) Es entender que las personas de la tercera edad no son prescindib­les, que culturalme­nte lo tenemos muy aprendido”, afirma Pedro Kóminik.

Desde La ley de Herodes (1999) Vega interpretó a mujeres por encima de los 60 años, sin retocarse el rostro u ocultar su edad, esto también lo refrenda María José Cuevas, ya que en un viaje que tuvieron a la casa de Shaula en Acapulco, la primera actriz se dejó retratar con un camisón singular, que hacía mofa a la eterna perfección del cuerpo femenino.

“A mí me parecía increíble y admirable que una mujer que fue un símbolo de belleza se empoderara de tal manera de su cuerpo y que haya sabido cómo enfrentar el paso del tiempo de manera tan natural. Recuerdo en ese viaje a Acapulco que salió con una camiseta que venía estampado como si tuviera un cuerpo joven y perfecto. Se me hizo un guiño muy poderoso de romper con la cultura de la eterna juventud y los cuerpos perfectos”, explica la cineasta.

Marisol Gasé resalta cómo Vega fue de las pioneras en resaltar la liberación del cuerpo, tanto en su vida personal como en lo profesiona­l, lo que históricam­ente ha sido un tabú en México, ya que anteriorme­nte era mal visto que esto fuese expresado por el género femenino.

“Fue de las primeras mujeres que empezó a hablar de la libertad del cuerpo, del placer, el gozo, la risa, una mujer divertidís­ima, culta, generosa, fue una de las actrices pioneras en esto y eso me parece que fue increíble”, subraya.

A mí me parecía increíble y admirable que una mujer que fue un símbolo de belleza se empoderara de tal manera de su cuerpo y que haya sabido cómo enfrentar el paso del tiempo de manera tan natural”

María José Cuevas Cineasta

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