Kamala Harris liderará temas migratorios
Joe Biden eligió a la vicepresidenta para estar al frente de los esfuerzos con México y Centroamérica para detener el flujo de migrantes
Como fiscal de California, Harris tomó acciones sobre la afluencia de menores no acompañados
Un día después de las reuniones entre la delegación de representantes de Estados Unidos, encabezada por Roberta Jacobson, con las autoridades de la Secretaría de Relaciones Exteriores, liderada por el canciller Marcelo Ebrard Casaubón, el presidente estadounidense colocó a Kamala Harris al frente de las negociaciones para abordar los temas relacionados con la migración.
De este modo, la vicepresidenta liderará los esfuerzos de Estados Unidos con México y los países del Triángulo del Norte de América Central
para tratar de detener el flujo de migración hacia el norte del continente.
La decisión le da una asignación de alto perfil a la vicepresidenta, quien es hija de inmigrantes provenientes de Jamaica e India, y ha forjado una reputación como aliada de los defensores de la inmigración.
Destaca que, como fiscal general de California, Harris estuvo al frente de tomar acciones respecto a la gran afluencia de menores no acompañados en la frontera con México en 2014, además de ser la única senadora fronteriza en votar contra el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) al argumentar “preocupaciones ambientales”.
No obstante, los problemas fronterizos han sido
un problema insoluble para varios presidentes, como Barack Obama, quien dispuso a Biden para afrontar tal situación cuando ostentaba el mismo cargo que Harris.
La agencia Reuters indica que asignar la encomienda de las relaciones diplomáticas con América Central a la vicepresidenta significa elevar el tema de la migración como prioridad máxima.
“Apenas dos meses en el cargo, Biden está luchando para manejar un creciente desafío migratorio a lo largo de la frontera de Estados Unidos con México, un problema que el demócrata atribuyó a las políticas “algo draconianas” de su predecesor republicano, Donald Trump, quien dejó el cargo con su muro fronterizo incompleto” señaló la agencia.
factores de migración en américa Latina
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), abordar el tema de la migración como una oportunidad de crecimiento para los países de tránsito y destino es la opción de mayor viabilidad si se promueve la integración socioeconómica y la cohesión social de los migrantes.
En el informe titulado “El potencial de la migración en América Latina y el Caribe”, publicado en enero de 2020 por el PNUD, se dio a conocer que, entre 2010 y 2019, el número de inmigrantes en la región aumentó en un 66 por ciento, mientras que el número de emigrantes aumentó un 26 por ciento.
Datos que concluyen en que alrededor de 42,7 millones de personas viven fuera de sus países de nacimiento.
Al respecto, señalan que los principales alicientes de migración son la pobreza y la violencia, elementos que imperan en el triángulo norte de América Central.
“Desde 2014, se estima que 265.000 migrantes en tránsito, provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras, se han ido a los Estados Unidos cada año. Un número creciente de ellos son mujeres y niños no acompañados. Según las estimaciones, solo uno de cada cinco tiene éxito”, señala el informe.
El otro 80 por ciento es detenido por las autoridades mexicanas o estadounidenses. Un número creciente de migrantes varados también genera tensiones en las comunidades locales.
A su vez, la información reunida por Jairo Acuña Alfaro, líder de equipo de gobernabilidad, y David Khoudour, asesor regional de migración, ambos del PNUD América Latina y el Caribe, sostiene que los países de tránsito y destino tienden a ver a los migrantes como una carga; sin embargo, la experiencia internacional muestra que los migrantes, incluidos los refugiados, también contribuyen al desarrollo de sus países de acogida.
Por lo que advierten: “Las políticas de integración socioeconómica también deben venir con medidas específicas para promover la convivencia cívica. Por un lado, los países de acogida deben proteger los derechos de los migrantes y deben luchar activamente contra todas las formas de discriminación y trabajo forzoso. Varios países han llevado a cabo campañas de sensibilización pública sobre por qué las personas tuvieron que abandonar sus países y cómo contribuyen positivamente a las comunidades de acogida”.