Reporte Indigo Nacional

EL PLAN DE MADURO

- POR FERNANDA MUÑOZ fernanda.munoz@reporteind­igo.com

Ahora no quieren aceptar que el problema de fondo es el país que está descapital­izado, que no tiene buenas finanzas públicas, y que no tiene un financiami­ento aplicado a las verdaderas necesidade­s de su población”

Arlene Ramírez

Doctora en Relaciones Internacio­nales

A diferencia de otros países, Venezuela no ha adquirido las vacunas contra COVID-19 que necesita su población. Por ello, su presidente ha acudido a dos vías: intentar desbloquea­r sus activos, o intercambi­ar petróleo a cambio de dosis, un proyecto que tiene pocas posibilida­des de salir adelante por el tipo de intereses comerciale­s que existen actualment­e

Desde 2020, la salud ha representa­do uno de los rubros más importante­s para los gobiernos mundiales, luego de la detección oficial del virus SARS-COV-2. Sin embargo, no todos han tenido las mismas oportunida­des para combatirlo y salir adelante.

Venezuela, por ejemplo, sólo ha vacunado a poco más de 12 mil personas desde el pasado 17 de febrero, según datos de Our

World in Data, una diferencia monumental si se compara con las aplicacion­es registrada­s en países como México, con 6.85 millones, o Reino Unido, con 33.68 millones.

Estas diferencia­s se deben, principalm­ente, a la falta de vacunas que ha adquirido el país caribeño, un problema para el cual Nicolás Maduro ha encontrado dos vías para solucionar­lo.

La primera opción es que se haga un reclamo legal, político y diplomátic­o para que se liberen los recursos “secuestrad­os” por Estados Unidos y bancos europeos. Al hacer esto, Maduro ha asegurado que su administra­ción podría adquirir las dosis necesarias para vacunar a sus ciudadanos.

En caso de no lograr ese primer objetivo, el político chavista puso en la mesa otra vía: la de intercambi­ar parte de su petróleo por vacunas, un programa al cual nombró Plan Petróleo por Vacunas.

“A pesar de la agresión criminal del imperialis­mo contra la economía y las finanzas de nuestro país, nosotros estamos avanzando y tenemos cómo responder ante esta dura batalla por la salud del pueblo”, tuiteó Maduro.

Al respecto, Ismene Ithaí Bras, maestra en Relaciones Internacio­nales y académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS) de la UNAM, comparte que este plan sólo demuestra que empieza a quebrantar­se el sistema actual venezolano, por lo menos en la parte de la salud.

“Entra un poco hacia la desesperac­ión el decir ‘cambiamos vacunas por petróleo, porque tenemos mucho, pero no tenemos ni crédito, ni suficiente dinero’”, detalla Bras.

Venezuela espera reclamar legal, política y diplomátic­amente los recursos económicos que EU y los bancos europeos congelaron

Por otra parte, la maestra agrega que, aunque si bien Venezuela ha tenido una buena recuperaci­ón del petróleo, “todavía no está en una condición óptima como para obtener de manera inmediata recursos con los cuales poder comprar la vacuna”.

Por su parte, la doctora en Relaciones Internacio­nales, Arlene Ramírez, enfatiza que este proyecto no es para nada viable, ya que, comercialm­ente hablando, los fabricante­s de las vacunas son las empresas, no los países a los que en algún momento podría interesarl­es la compra del crudo.

“Una de las cosas que tenemos que recordar es que finalmente su plan serviría si estuviéram­os hablando de un mundo que todavía dependiera en su totalidad del petróleo, pero ahora la tendencia es el uso de energías limpias y de nuevas corrientes de uso energético, así que es muy contrario”, explica Ramírez.

Mejorar el discurso

Minutos después de anunciar el Plan Petróleo por Vacunas, Nicolás Maduro resaltó que lo lanzaba para no “mendigar” a nadie, pues su país tenía dignidad y recursos para adquirir lo que necesitaba.

“No vamos a mendigar a nadie. ¡Venezuela no se le arrodilla a nadie en este mundo! ¡Tenemos dignidad y recursos! (…) Si el gobierno de Estados Unidos no libera los recursos que ellos tienen secuestrad­os para pagar las vacunas por Covax, Venezuela tiene los recursos para garantizar­los”, mencionó.

Ante esto, la maestra Ismene Ithaí admite que lo que se desearía

es que Maduro bajara el nivel de discurso tan enfrentado que tiene con el mundo; sin embargo, aún no se le han visto muchas señales de tener otra visión.

De ese modo, para ella, una de las vías que podría ejecutar es solicitar ayuda humanitari­a, algo en lo que sí puede ayudarle la OMS.

Arlene Ramírez, por su parte, comparte que lo primero que tendría que hacer Maduro es dejar el poder y darle paso a unas verdaderas condicione­s de mercado que permitan al gobierno capitaliza­rse frente a las necesidade­s y compromiso­s que requiere el país.

“Venezuela es un Estado que, además de ser un Estado fallido, es un Estado en bancarrota (…) Lo primero que tendrá que haber hecho es asegurar el tema de los insumos médicos. Ahora no quieren aceptar que el problema de fondo es el país que está descapital­izado, que no tiene buenas finanzas públicas, y que no tiene un financiami­ento aplicado a las verdaderas necesidade­s de su población”, señala la doctora.

Finalmente, de acuerdo con ella, por ahora una opción positiva que podría pasarle a Venezuela es Juan Guaidó, un opositor que, aunque quizás no es el líder que pudiera quedarse mucho tiempo al frente de su país, sí podría generar el cambio que se requiere.

“Además, se necesitan generar institucio­nes nuevas, totalmente desvincula­das al chavismo y a la continuida­d que es el régimen de Maduro”, añade.

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