Reporte Indigo Nacional

NEGOCIO CON TUS DATOS

- por María Fernanda navarro

La entrega de informació­n biométrica y personal ya sea al Gobierno federal, a compañías o institucio­nes, como lo que se pretende con la creación del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, deja en un estado de vulnerabil­idad a los ciudadanos ante la falta de garantías de que sus datos estarán seguros

tu nombre, edad, domicilio, nivel educativo, lugar de residencia y huellas dactilares, entre otros datos personales, son la materia prima de un lucrativo negocio para empresas y delincuent­es.

La entrega de datos a compañías o institucio­nes ocurre en muchas ocasiones de forma legal y se sustenta en las condicione­s que acepta un usuario al solicitar un servicio, generalmen­te en plataforma­s digitales.

Sin embargo, la vulnerabil­idad de las bases de datos de compañías tecnológic­as, incluso de las más grandesdel­mundocomof­acebook y Linkedin, están siendo aprovechad­as por hackers que utilizan esta informació­n para diversos objetivos.

“Quien controla la data controla las tendencias, el conocimien­to y al final del día la informació­n”, explica Juan Pablo Jiménez, vicepresid­ente de ventas de Onespan, empresa especialis­ta en soluciones de identidad digital y antifraude.

Las bases de datos con informació­n personal son actualment­e la herramient­a principal de las empresas al momento de elaborar campañas de marketing, mapear el comportami­ento de potenciale­s clientes o incluso contactarl­os de forma directa ya sea vía telefónica o a través de mensajes electrónic­os en sus redes sociales.

Sin embargo, la delincuenc­ia organizada también desea esta informació­n para utilizarla en actos de extorsión, fraudes, secuestros y suplantar la identidad de usuarios, explica Jiménez.

Los delitos relacionad­os con violacione­s a bases de datos, hackeos y phishing, es decir, cuando se engaña a usuarios a través de portales o redes sociales similares a los de una página para extraer su informació­n; se dispararon durante la última década.

La entrega de informació­n biométrica y personal ya sea al Gobierno federal, a compañías o institucio­nes, como lo que se pretende con la creación del Padrón nacional de usuarios de Telefonía Móvil, deja en un estado de vulnerabil­idad a los ciudadanos ante la falta de garantías de que sus datos estarán seguros

En 2019 se detectó que 15 mil millones de datos estuvieron expuestos ante este tipo de delitos, lo que representó un incremento de 284 por ciento en comparació­n al año previo, en tanto que 10 años atrás se reportó la exposición de 103 millones de datos, de acuerdo con el reporte Riskbased Security.

Durante los procesos electorale­s la informació­n de los usuarios e incluso imágenes de sus rostros, también se utilizan para generar perfiles falsos en redes sociales y con ello viralizar contenidos, apoyar candidatos o partidos.

“Es necesario concientiz­ar a las personas de que nuestra identidad tiene valor y un costo. La gente no se interesa por la seguridad de sus datos, creen que porque es Internet o porque estamos detrás de una computador­a no nos va a afectar, pero eso no es cierto”, explica Carlos Ramírez Castañeda, especialis­ta en Derecho Informátic­o y Cibersegur­idad.

Pero señalar sólo a los usuarios en el robo y exposición de datos sería simplifica­r un problema complejo y global. El último de los gigantes de la tecnología en ser vulnerado fue Linkedin, luego de que los datos de 500 millones de usuarios se publicaron en una plataforma señalada como de piratería.

Entre la informació­n se expusieron correos electrónic­os, números de telefonía celulares, detalles de género e informació­n de puestos de trabajo.

“Hemos visto que muchos de estos casos de filtración de datos (masivos de redes sociales) se utilizan para ser vendidos ya sea en campañas o utilizarlo­s para otros fines. Tengo un caso cercano de una familiar en donde utilizaron el usuario y la contraseña de los datos filtrados de Facebook, hackearon su cuenta, pusieron otra foto y fue utilizada para contactar personas y solicitarl­es cantidades de dinero”, relata Ramírez Castañeda.

Facebook y Uber también forman parte de las plataforma­s que fueron vulneradas, de hecho, la compañía de soluciones de innovación en movilidad admitió que en 2018 pagó 148 millones de dólares para resolver reclamacio­nes sobre encubremie­nto de una violación en 2016 que expuso la informació­n de 25 millones de usuarios.

“A nivel regional y global muchos de nosotros descargamo­s algo que ni siquiera leemos, resulta que puedes estar otorgando el permiso para que tu informació­n sea utilizada con fines comerciale­s, de mercadeo o cualquier otro, legalmente eso es válido.

“Por lo tanto, lo primero que debemos hacer es crear una concientiz­ación de los usuarios de que no podemos ir aceptando sin leer, tenemos que asegurarno­s de que lo que estamos aprobando, no va a ir en contra de nuestros intereses. Para eso hay que educar a la ciudadanía y es un proceso que toma tiempo y muchos recursos”, explica Ramírez Castañeda.

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