Reporte Indigo Nacional

La virtuosa del piano

- POR KARINA CORONA @Karina Rcorona

Quiero ser la Martha Argerich de México, seguir estudiando y aprendiend­o”

María Hanneman

Pianista

Para María Hanneman el piano es como su familia, un hermano a quien siempre va a amar, por ello, se visualiza toda la vida con él. Sobre esto y sus próximas presentaci­ones, cuenta la joven pianista cuenta

Desde los cuatro años, María Hanneman comenzó a tocar el piano, instrument­o que la cautivó porque, de él, se pueden obtener los sonidos más bellos. Por ello, desde sus primeras clases de música en el kínder esta “gran caja negra con teclas”, como lo recuerda la propia pianista, le atrajo y se convirtió en uno de los primeros regalos por parte de sus papás.

Desde muy pequeña, inició esta aventura junto al instrument­o, quien la acompaña en todo momento, en sus momentos más tristes, alegres, enojos y frustracio­nes. Una de las primeras canciones que interpretó fue “Estrellita”, de la cual también guarda muchos recuerdos lindos.

“Veo el piano como un hermano porque, literal, hago lo que hacen los hermanos, a veces amarlo, otras veces me enojo, y también pelearte; el piano es mi familia, aunque no sea un humano, es mi todo, haces lo que sea por él, lo tienes que tratar bien, entretener­lo y entenderlo”, relata María Hanneman para Reporte Índigo.

Esta inquietud que le surgió desde muy niña al querer saber cómo sonaban las teclas fue lo que la motivó para ser pianista y le marcó para dedicarse a él toda la vida, ahora lo comprueba al ser estudiante en el Conservato­rio Nacional de Música, aunque, por la pandemia, ha tenido que tomar sus clases en línea, a veces durante 4 o cinco horas al día.

“Ha sido muy difícil la pandemia, no ha habido tantos conciertos como antes, pero he aprovechad­o este encierro para seguir mejorando y tratando de ver el lado bueno, me da más chance de estudiar, estar concentrad­a en hacer esto del piano, que es lo que me gusta. Me concentro mucho en lo que tengo que estudiar, a veces, me desespero, pero es parte del estudio” comparte Hanneman.

La joven pianista se está preparando para una serie de presentaci­ones en los próximos meses con la Orquesta Filarmónic­a del Desierto, un concierto con motivo de la celebració­n del Día de las Niñas, Niños y Adolescent­es y, por último, en mayo un concierto con la Orquesta de Cámara de Zapopan.

“Estoy emocionada, pero me da miedo tocar con cubrebocas, son muy complicado­s, porque te impiden la vista y la respiració­n, siento que no lo podré tocar muy bien, aunque nos tenemos que acostumbra­r porque siento que así va a ser por un buen rato”, comparte.

Ser una pianista en formación también ha implicado grandes retos, como el que algunos amigos no entiendan su pasión por el piano, pues requiere de mucha dedicación y no le permite convivir tanto con ellos o asistir a fiestas, no obstante, ella así lo ha decidido para poder ser una gran pianista mexicana.

María Hanneman confiesa que ha cambiado y aprendido mucho durante casi 10 años de trayectori­a musical; ha conocido a grandes maestros, compositor­es y gente nueva que le apoya.

Una cosa tiene muy clara, ella está en formación y está decidida a ser una reconocida pianista mexicana, pero para ello, debe mejorar a cada momento y seguir estudiando.

“La música para mí es todo, es mi vida y siempre me voy a dedicar a ella, todos estos años que he practicado con el piano me he sentido bien, muy concentrad­a y feliz, también muy agradecida con las oportunida­des que he tenido. Me gusta saber que, desde siempre, sé lo que quiero hacer toda la vida, voy a seguir estando en formación porque nunca acabas de aprender en la música”, recalca.

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