Hablemos de pobreza menstrual
La falta de acceso a productos sanitarios, baños e infraestructura con agua potable impactan en la gestión menstrual de grupos vulnerables, como niñas, poblaciones privadas de la libertad y en situación de calle
La menstruación es un proceso natural, sin embargo, en su gestión impactan no sólo las condiciones biológicas, también las culturales, económicas, políticas y sociales.
Bajo la máxima de "lo personal es político" en septiembre de 2020, la legisladora de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle, llevó el tema de la gestión menstrual a la Cámara de Diputados para proponer la eliminación del Impuesto de Valor Agregado (IVA) a productos como toallas, tampones, pantiprotectores y copas menstruales, entre otros.
“A pesar de ser artículos de primera necesidad, los productos de gestión menstrual están sujetos a la tasa de 16 por ciento del IVA. Desde una perspectiva de derechos humanos e igualdad de género, este tratamiento fiscal resulta discriminatorio y atenta contra el acceso a la salud, el mínimo vital, la vida digna, el trabajo y la educación de las mujeres, niñas, adolescentes y otras personas menstruantes”, dice la iniciativa.
La propuesta fue aprobada por unanimidad en la Comisión de Educación apenas el 15 de abril. Esta es la última semana para que se apruebe la Ley de Menstruación Digna en el Pleno de San Lázaro.
El activismo de la marea roja, integrado por 28 organizaciones, instituciones y personas en lo individual, envió el 19 de abril una carta a la Junta de Coordinación Política (Jucopo) para no aplazar la legislación de la menstruación como un asunto público.
“Decidimosquehabíaquedignificar la menstruación no sólo porque ha sido tratada como un tema tabú, como algo sucio, que se debe de ocultar, sino porque además debe haber condiciones adecuadas”, dijo Melisa Guerra, vocera de #Menstruacióndignaméxico, durante su participación en Perspectiva Índigo.
El movimiento también busca la gratuidad de los productos de gestión menstrual como ya ocurrió en marzo de ese año en Michoacán, la primera entidad de México en aprobar su acceso gratuito en las escuelas para hacer frente a la pobreza menstrual. Pero ¿a qué se refiere esta desventaja económica?
“Falta de acceso a productos sanitarios, educación sobre higiene menstrual, baños, instalaciones de lavado de manos y gestión de los desechos, incluyendo a personas privadas de su libertad y de poblaciones callejeras”, define una infografía elaborada con la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS).
En las escuelas
Para Melisa Guerra, la #Menstruacióndigna es una inversión para cerrar brechas de género a futuro, como la de la educación.
“Cuando están menstruando hay muchas niñas que abandonan la escuela por no tener productos de gestión menstrual y eso implica que la brecha de género en educación, que de por sí ya es grande, se abra aún más”, lamentó.
De acuerdo con la organización