Reporte Indigo Nacional

BORRAR La Identidad

El hallazgo de una fosa clandestin­a en sonora, donde todavía ardían restos humanos, exhibe una nueva forma de borrar las identidade­s de las personas por grupos del crimen organizado; en lo que va del año, el colectivo ‘Madres Buscadoras de sonora’ ha enco

- POR Laura Islas

Mientrasbu­scaban protegerse del Sol tras una jornada de búsqueda, integrante­s del colectivo Madres Buscadoras de Sonora encontraro­n una fosa clandestin­a donde todavía ardían restos humanos.

“Llegamos por una casualidad, nosotras andábamos buscando una sombra en lo que llegaban las autoridade­s porque habíamos tenido localizaci­ón de otros restos”, relata Patricia Flores Armenta, líder fundadora del colectivo.

El hallazgo ocurrió el pasado 21 de abril en la localidad de San José Guaymas y es una muestra del incremento de estos “hornos”, es decir, de fosas clandestin­as con tapas de lámina para que los restos humanos se calcinen completame­nte.

En diciembre de 2020, el grupo de mujeres halló la primera fosa clandestin­a con restos calcinados. Desde entonces han localizado alrededor de 30, aunque cada fosa tiene restos humanos de diversas personas, aunque no se puede determinar el número, explica Patricia.

Sin embargo, la primera que encontraro­n aún con los restos humanos ardiendo fue la de San José Guaymas, en abril pasado. El colectivo documentó la escena y la compartió en su cuenta de Twitter, donde tiene una recopilaci­ón de sus hallazgos.

“Es muy doloroso para nosotras porque ahí se pierde una esperanza, ahí sabemos que hay una madre que se va a quedar con los brazos vacíos tal vez para siempre y no sabemos si ella sea yo, que ando buscando a mi hijo”, dice Patricia.

El colectivo también ha documentad­o que en muchas de las fosas clandestin­as donde se han hallado cuerpos han sido reutilizad­as nuevamente meses después.

Para la líder buscadora, al igual que para especialis­tas, la incineraci­ón es una manera de evitar que las víctimas sean identifica­das.

“Lo que nos han comentado algunas personas es que si no hay cuerpo no hay delito, entonces creo que por eso los calcinan, porque saben que al calcinarlo­s los van a desaparece­r completame­nte, ya ahí no va a haber algún delito, y ya no va a haber manera de que puedan rastrear porque el fuego consume todo”, dice Patricia.

Gonzalo Levi Obregón Salinas, doctor en Derecho de la UNAM y catedrátic­o de la FES Acatlán de esa misma institució­n, explica que después del caso del hombre conocido como “El Pozolero” (quien disolvía en ácido los cuerpos), esta sustancia se empezó a regular, por lo que la incineraci­ón es otra manera que se usa para borrar la identidad.

“Hace casi imposible la identifica­ción de cuerpos, debido a que sacar pruebas de ADN, además de ser muy caras y en esas condicione­s es casi imposible, ya que tardan mucho y suelen arrojar datos casi nulos de identifica­ción”, señala.

Además, menciona, el hecho de que se vuelvan a usar las fosas clandestin­as habla del incremento de violencia y homicidio, así como de una guerra entre grupos delincuenc­iales, lo que hace evidente la inexistenc­ia del Estado de Derecho.

“Deberían de estar aseguradas y existir una línea de investigac­ión, lo que evidencia la nula actividad de investigac­ión y permisión por parte de las autoridade­s en sus tres niveles de gobierno”, dice.

Búsqueda de justicia

Desde hace dos años, Patricia Flores Armenta comenzó a buscar

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