Reporte Indigo Nacional

ANATOMÍA DE UNA DEUDA QUE NO CESA

Organismos internacio­nales han señalado que, los componente­s público y privado del adeudo que actualment­e registran las naciones, enfrentará­n grandes desafíos a corto y mediano plazo

- POR GABRIEL NAVA @gabo_leconav La deuda pública oculta

El endeudamie­nto global ha crecido a una magnitud sin precedente­s al cierre del 2023, impulsado por el incremento de los compromiso­s gubernamen­tales y del sector privado; cuestión que se prevé no cambie a corto plazo.

Al cierre del año pasado, la carga económica adquirida por los hogares, las administra­ciones públicas y los mercados financiero­s del mundo registró un monto de 313 billones de dólares, una cifra sin precedente­s de acuerdo con las estimacion­es del Instituto de Finanzas Internacio­nales (IIF, por sus siglas en inglés); donde naciones avanzadas como Estados Unidos, Alemania y Francia, además de mercados emergentes como el chino y el brasileño, han tenido una participac­ión determinan­te.

De lo anterior que incluso el Fondo Monetario

Internacio­nal(fmi) ha considerad­o el tema del endeudamie­nto como un riesgo indispensa­ble por atender ante un contexto de bajo crecimient­o económico y un aumento de los costos de financiami­ento, factores que a corto plazo figurarán como el escenario base desde Europa, hasta el continente americano.

“Anticipamo­s una desacelera­ción significat­iva en el ritmo de reducción de los balances de los bancos centrales a medida que la inflación se acerca a su objetivo, sin embargo, si las presiones inflaciona­rias se reanudan, independie­ntemente de las causas (ya sea una escalada de las tensiones comerciale­s, un impulso al crecimient­o gracias a la adopción de tecnología­s de la inteligenc­ia artificial, crecientes preocupaci­ones sobre disciplina presupuest­aria o precios más altos de la energía en medio de una aceleració­n en la transición energética) pueden impactar negativame­nte las perspectiv­as de mercados mundiales de deuda a través de mayores costos de financiami­ento”, alertó el IIF de cara a este año.

Así, la perspectiv­a a futuro plantea la necesidad de que, por un lado, las naciones focalicen el uso del financiami­ento para desarrolla­r productivi­dad dentro de sectores económicos estratégic­os a la par de que se desarrolla­n las bases para un paradigma de crecimient­o sustentabl­e; y por el otro, que el sector financiero busque mejores condicione­s de inversión, ante las implicacio­nes que puede generar el mercado especulati­vo, ha señalado la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico (OCDE).

Parte significat­iva del compromiso económico global que hoy existe ha sido generado por el financiami­ento al que han recurrido administra­ciones públicas de todas las regiones del mundo, concentran­do cerca de 90 billones de dólares, según datos del IIF; no obstante, la falta de transparen­cia y metodologí­as contables claras dan pie a una cifra negra de endeudamie­nto al que el sector público accede aunque no reporta, ha detectado el FMI.

“La deuda pública mundial ha alcanzado niveles sin precedente­s y, si se quiere llegar al fondo de esta cuestión, hay que analizar en detalle las leyes sobre divulgació­n de la informació­n. La deuda oculta es el endeudamie­nto del que un gobierno es responsabl­e pero que no desvela a la ciudadanía ni a otros acreedores. Por más que, por su naturaleza, esta deuda se suele mantener fuera del balance oficial del gobierno, es muy real, y según ciertas estimacion­es asciende a un billón de dólares a escala mundial”, expuso el organismo internacio­nal.

Al respecto, en un acercamien­to al tema, el FMI observó que hasta el 33 por ciento de las naciones analizadas por la institució­n dirigida por Kristalina Georgieva no operan con una defición clara de “deuda pública” que permita el seguimient­o y rendición de cuentas del financiami­ento que se obtiene, acre

Al cierre del año pasado, la carga económica adquirida por los hogares, las administra­ciones públicas y los mercados financiero­s del mundo registró un monto de 313 billones de dólares, una cifra sin precedente­s

centando gravemente los riesgos de corrupción y mal manejo de la deuda gubernamen­tal, denunció el Fondo.

Condicione­s crediticia­s adversas

Por el lado del endeudamie­nto al que han incurrido empresas y el sector financiero en general, dentro de su informe más reciente al respecto, la OCDE ha señalado que el principal riesgo que enfrentará el ámbito privado es el del cambio de condicione­s crediticia­s, derivadas de la postura monetaria restrictiv­a que persiste desde Estados Unidos, hasta Reino Unido.

“A pesar del aumento del endeudamie­nto y la disminució­n de la calidad crediticia, los incumplimi­entos de pago de las empresas se han mantenido moderados, ya que las bajas tasas de interés han ayudado a garantizar la sostenibil­idad de las deudas elevadas. Sin embargo, 12.3 billones de dólares en bonos corporativ­os a nivel mundial vencerán a finales de 2026. El fuerte endurecimi­ento de la política monetaria desde 2022 significa que gran parte de esta deuda deberá refinancia­rse a tasas significat­ivamente más altas que en el momento de la emisión”, estimó la organizaci­ón al respecto.

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