El ruido, un desafío de salud pública
El ruido se ha convertido en una preocupación, siendo la segunda causa ambiental más importante de afectaciones al bienestar. El Día Internacional de la Conciencia contra el Ruido, celebrado el 24 de abril, busca crear conciencia sobre este problema
El ruido se ha convertido en una preocupación de salud pública a nivel global. Según revela la Organización Mundial de la Salud (OMS), este fenómeno constituye la segunda causa ambiental más importante de afectaciones a la salud, únicamente superado por la contaminación del aire.
En un esfuerzo por generar conciencia sobre este problema que afecta a millones de personas en su día a día, se conmemora el 24 de abril como el Día Internacional de la Conciencia contra el Ruido.
“Cuando estamos expuestos a ruidos intensos por largos períodos, puede provocar un daño permanente en nuestros oídos. A esto le llamamos pérdida auditiva inducida por el ruido. De no ser atendido en tiempo y forma, podemos perder la capacidad de oír sonidos suaves o entender el habla”, señala el doctor Gonzalo Corvera, Director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C (IMON).
Son múltiples los tipos de ruidos a los que nos sometemos en nuestra vida diaria; desde el ruido del tráfico, hasta eventos específicos como música en vivo, los conciertos, los fuegos artificiales, los motores de aviones, eventos deportivos, entre otros.
En cuanto al impacto en la salud se refiere, el ruido se considera ya uno de los principales problemas ambientales en la actualidad.
“A menudo estamos expuestos a ruidos que superan los 85 decibeles (db), lo cual se considera ya “peligroso” en cuanto a la afectación a nuestros oídos. No hay que olvidar que nuestros oídos son muy sensibles y pueden sufrir daño permanente, debido a la exposición prolongada a sonidos fuertes”, precisa Corvera.
No obstante, el ruido a intensidades menores puede, igualmente, causar daño si se está expuesto por tiempos prolongados.
Mapa del ruido Ciudad de México
En México, la contaminación acústica en las grandes ciudades es un problema palpable cuyos efectos negativos se manifiestan en la salud al disminuir la calidad de vida. Sin embargo, existe una falta de datos actualizados que permitan comprender plenamente la magnitud de este fenómeno.
Un mapa de ruido de la Ciudad de México fue elaborado en 2012 por la Universidad Autónoma Metropolitana. Se encontraron niveles de ruido calificados como “Inaceptables” en varias zonas de la urbe, pero dicho mapa nunca fue actualizado.
“En noviembre de 2023 se anunció una colaboración del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAYCC) de la UNAM con la Universidad de Chicago, para realizar un mapa sobre comportamiento del ruido en Ciudad de México, del cual estamos aún en espera de resultados para determinar si se cumple la normativa al respecto.
“El análisis más reciente se publicó en la gaceta oficial de la Ciudad de México del 23 de abril del 2021, se estableció el límite de ruido permitido en 68 decibeles de 6 de la mañana a 10 de la noche y 65 decibeles de 10 de la noche a 6 de la mañana”, explica el doctor.
El impacto del ruido en la salud
El ruido afecta de diversas maneras, incide en el nivel de concentración durante las actividades, la calidad del sueño, así como en la capacidad auditiva y de comunicación.
Además de dañar los oídos, la exposición a ruido constante genera estrés, ansiedad y depresión. Existen otras implicaciones como el aumento en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares; además de afectar el sistema nervioso y el sistema endocrino, lo que puede tener un impacto en el sistema inmunológico.
“Sabemos que la exposición prolongada a ruidos fuertes puede aumentar el riesgo de enfermedades como infarto y muerte prematura. Cabe señalar que todas estas afectaciones pueden no experimentarse de inmediato, pero se pueden presentarse a futuro, de ahí la importancia de tomar medidas para reducir la exposición al ruido y proteger nuestra salud”, destacó Corvera.