Mujer de visión y amor por la música

Con la edición número 22 Rock al Parque, Bertha Quintero, Subdirectora de las Artes del Instituto Distrital de las Artes, culmina una fructífera carrera en la promoción musical en Colombia. Músico de inicio, Bertha es en definitiva, piedra angular en los comienzos de Rock al Parque, cuando eran muy pocos los espacios y personas que podían involucrarse en la producción de un evento de estas características, tal y como comparte ella misma: “Los jóvenes siempre han encontrado en el rock una expresión libre para manifestar sus ideas. En los noventa, Bogotá vivía tiempos muy difíciles de violencia y no había espacio para este tipo de eventos. Así, los mismos músicos llegaron hasta el en ese entonces Instituto Distrital de Cultura y Turismo, donde me encontraba como subdirectora, y pidieron apoyo para producir un evento. Había un antecedente en 1992, en un evento que se realizó, en el que se hizo una convocatoria y en la que nos dimos cuenta de que la mayor parte de bandas que se había registrado eran de rock. Se llamó Encuentro Música Joven Santa Fe de Bogotá, y eso fue la mayoría de grupos y de público. Eso nos pareció muy interesante y así empezamos a buscar el lugar y el nombre. Este fue el inicio de Rock al parque, en 1995”.

“Como es de imaginar, en ese entonces no había casi empresas de logística ni de producción de eventos de estas capacidades, y con lo poco que había, nos dimos cuenta de que siempre había chicos de doce a 16 años, de las zonas más deprimidas de la ciudad, a preguntarnos en qué podían ayudar, y así se empezó a formar el staff que ahora produce el festival. Se llamaron Fuerzas de Paz. En ese primer festival no hubo policía, ni requisas, ni camerinos. Llegaron más de cinco mil personas”.

“A partir de 1995 nunca ha dejado de haber Rock al Parque; para mí es un honor haber sido co creadora de este evento, de haber organizado diez de ellos y de finalmente terminar mi vida laboral en esta edición, la número 22. El festival tiene tres objetivos: apoyar a los músicos, formar públicos y que la música y el arte tuviera proyección. También nos dimos cuenta de que era importante formar a la gente interesada en talleres en música, organización, producción y emprendimiento en estas áreas. De ahí se desprenden nuevos proyectos que se han fortalecido y ahora tenemos un festival con más de 300 mil asistentes y presencia de talleres. Así fue como se apoyó al rock en español, por eso fue que empezamos a invitar a bandas latinoamericanas, y ya después de seis o siete años empezaron a venir músicos de Estados Unidos y Europa. Actualmente, los grupos se eligen a través de una convocatoria publica y un jurado”.

“Uno de los efectos más importantes del festival es que está abierto a distintos subgéneros y otras manifestaciones artísticas. El rock ha demostrado estar abierto a otras expresiones y eso ha dado paso a que se realicen otros eventos como Danza en la ciudad, el Festival de la Palabra, Cinemateca al Parque, Ópera al Parque, Jazz al Parque y Salsa al Parque, entre otros, que están dentro de una política pública y que generan espacios de encuentro muy importantes en las grandes ciudades. Para mí, es muy grato ver todo lo que ha suscitado Rock al Parque y saber que se ha vuelto un referente de identidad en Bogotá”.