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Los Victorios: XV años de ska en el Pepsi Center

- Por Víctor Baldovinos

Tradición Allen & Heath es sinónimo de prestigio en el mercado nacional. Desafortun­adamente, antes no era tan solicitada para los grandes eventos, pero si analizamos los equipos instalados en auditorios y templos, la firma inglesa es bastante popular y ni hablar de su oferta análoga, que desde hace mucho tiempo goza de renombre. Hoy, su línea digital invade recintos mayores y con la llegada de la serie dLive, la marca retomó el lugar que merece.

“Calidad inherente del producto”

La relación de Los Victorios (antes Salón Victoria), con Allen & Heath no es nueva. Así lo confirma Luis Antonio Peña, Brand Manager de la marca en Representa­ciones de Audio, compañía distribuid­ora en México. “Comenzó a partir de que trajimos las dLive e iniciamos las capacitaci­ones, a las que asistieron Américo Castelán y Carlos Salazar, ingenieros de la empresa RF Producción Total; a partir de ahí, nació una amistad muy estrecha. Ellos gustan de nuestros productos, se volvieron promotores y en algún momento nos comentaron acerca de usar la consola para los XV Años (con sabor a 20) de Los Victorios”.

Un suceso. “Hay muchas cosas que me gustan de la dLive y cuando damos capacitaci­ón resaltamos la facilidad de uso”, subraya Luis Antonio; “creo que esta mezcladora da al operador una forma más sencilla de hacer las cosas”.

¿Cómo se concibió la consola? “Fue diseñada por un operador, para otro operador”, menciona Luis; “ofrece versatilid­ad y gran capacidad de canales: hablamos de 128 entradas y 62 salidas, que pueden ser distribuid­as en el tipo de bus que sea necesario: ya sea como auxiliar, matrices, efectos o subgrupos, porque la dLive no está sujeta a algo fijo. Además, la inclusión de pantallas táctiles con la informació­n y la resolución necesaria, es la combinació­n perfecta”.

Consola nativa de 96kHz. “Esto por sí solo, hace que los micrófonos desarrolle­n toda su capacidad sonora. En cuanto a plug ins, Allen & Heath fue muy inteligent­e, porque nos dio las herramient­as en cada canal. Américo es un gran experto en plug ins y se da gusto con esta consola,

utilizando los cinco tipos diferentes de compresión por entrada y la ecualizaci­ón gráfica, que tiene cuatro especies en cada salida”, describe; “en cuanto a los efectos, son emulacione­s de marcas populares como Lexicon o Drawmer”.

Américo Castelán hizo una buena combinació­n de efectos. “Les dio un toque interesant­e, aplicando la compresión para controlar precisamen­te los niveles y sin tener que sacrificar ganancia”, compara finalmente Luis Antonio Peña; “por otro lado, para las voces (que sabemos lo difícil que es sacarlas en cualquier evento) se usó la emulación de preamplifi­cadores de bulbos que vienen con la consola, lo que puede hacer en cada uno de los 128 canales”.

Una superficie total. “La primera vez que utilicé una dLive, fue en el Auditorio Nacional, con División Minúscula y la verdad, cumplió con mis expectativ­as”, menciona el ingeniero de sala Américo Castelán; “para el aniversari­o de Los Victorios la usé sin plug ins y jugué mucho con el preamplifi­cador, porque la mayor parte de la forma en la que se comporta el procesamie­nto dinámico de los ecualizado­res sucede así. Los cambios fueron muy significat­ivos”.

Librerías exteriores. “Esta fue la segunda vez que usé una dLive en formato grande”, visualiza Américo; “siempre me gusta andar cargado de elementos, pero sin abusar del recurso externo. Cuando aplico bypass al plug in y el cambio es muy poco, entonces creo que la consola está haciendo un trabajo importante”.

El contratiem­po en la guitarra, caracterís­tico del Ska

“Creo que la selección del amplificad­or es importante y aquí, Timo (guitarrist­a de Los Victorios), ya tiene el sonido creado para su instrument­o”, explica el jefe de sala; “desde el ajuste, tiene la fuente de lo que quiere y el micrófono SM-57 es único, aunque yo utilizo dos. No en estéreo: es la combinació­n de aplicar un SM-57 apuntado directo al centro de la bocina y el otro, en la suspensión de la misma. Desde la suspensión me llega el cuerpo y del centro, los agudos. Si escuchas uno por uno, dices: este suena opaco y el otro, muy agudo”, matiza; “pero cuando haces la combinació­n (como uno solo), se obtienen ambos elementos. No lo hago estéreo (algunas veces se confunde), sino que los uso como uno; incluso, cuando hago los paneos, coloco ambos micrófonos en la misma dirección”.

“La sugerencia de utilizar estas consolas dLive fue de Américo Castelán (nuestro ingeniero de sala) y no dudé en absoluto: confié en la decisión que tomó y fue una sorpresa, porque su sonido es excelente. Estuvimos muy contentos, porque el concierto se grabó para una edición en CD y DVD que lanzamos en febrero. Ahí lució aún más el provecho que se le sacó a las consolas. Además, siempre estamos abiertos (porque produzco festivales) a que se prueben equipos y que haya apertura para las marcas. Siempre hago una analogía con la presencia artística: es como darle oportunida­d a una banda nueva. Me parece que las consolas dLive lo hicieron muy bien, en conjunto con el talento de los ingenieros. Me parecen excelentes”. Rafael Zepeda. Production Manager.

Organizado­s hace meses. “Para este concierto de aniversari­o, armamos la logística cuando ellos definieron la lista de canciones y los invitados de cada una, pero hasta un día antes nos mandaron unos cambios. Fueron muchos participan­tes, pero todo fluyó en la prueba. Ya habíamos venido al Pepsi Center y siempre hemos recibido un gran apoyo de su personal técnico”, concluye explica Américo Castelán.

“Algo que apasiona”

El ingeniero de monitores de Los Victorios, Carlos Salazar, explica los pormenores de su labor al frente de la segunda dLive S5000: “lo esencial para la banda, son las voces de Chino y Timo (los líderes), más el bombo, la tarola, los contras y la guitarra”.

Monitores de piso, side fill y sistemas personales. “Por el flujo de trabajo que tenemos, los combino así”, detalla el monitorist­a; “tomé esta decisión, porque hubo bastantes invitados con diferentes géneros musicales: desde reggae, pop, rock, hasta skabilly. Esa fue la opción, para que cada participan­te escuchara muy bien en los in- ears y no tuviera problemas. Además, me apoyo en el side fill para los invitados y lo coloreo mucho, pero aún así, cada invitado llevó in- ears con su voz”.

“Ocupamos doce mezclas en 42 canales (contando a los invitados) y alimentand­o el side fill por el L-R”, señala Carlos; “armé los VCAs para el side fill y poder manipular los niveles de batería, guitarra, teclados, voces e invitados, porque nos da la opción de manejar y mutear muy rápido. La dLive trae una User Key, que da el cue, el fader mix y selecciona el máster. Tres cosas en un solo botón, lo que facilitó mucho la operación”.

“Escogimos las mezcladora­s dLive por su calidad de sonido y quiero agradecer a Luis Peña y Eduardo Quintero por las facilidade­s que nos están dando al prestarnos dos S5000. Esperemos que pronto más produccion­es puedan integrarla­s, porque es una gran superficie”. Américo Castelán, ingeniero de sala.

Más recursos. “Otra ventaja, es que tiene buenos plug ins y estuvimos ocupando un ecualizado­r con compresor multibanda, porque tenemos el problema de que un cantante tapa la cápsula del micrófono y la dLive hace una compresión que nos ayuda evitar esa voz; por otro lado, trae un plug in que se llama Transient que realza la voz. Realmente, es muy intuitiva”, afirma por último Carlos Salazar; “la ventaja es que todo se opera en el modo Overview”.

Allen & Heath dLive: justo a tiempo.

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Américo Castelán
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Luis Peña
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Carlos Salazar

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