Cómo tener a la saturación de nuestro lado para mejorar la mezcla
Normalmente, cuando escuchamos hablar de saturación o distorsión, de inmediato pensamos en algo negativo para una mezcla o canción.
La saturación está asociada con un sonido sucio, poco claro, metálico e incluso quebrado o roto y en situaciones normales debemos de mantenernos alejados de ella; pero en ciertas ocasiones podemos usar cantidades medidas de saturación o distorsión en algunos elementos de la mezcla y así obtener varios beneficios para el sonido.
Hoy hablaré de la manera en que podemos usar la saturación para destacar ciertos elementos de nuestras mezclas.
El problema de la representación en la frecuencia
Cuando trabajamos una mezcla tenemos que considerar algunos puntos, sobre todo en el ámbito de la frecuencia, que definirán la capacidad para trasladarla bien a distintos sistemas de reproducción sonora.
En particular nos vemos influenciados por la capacidad de los sistemas externos de reproducir bajas frecuencias; pensemos que muchos sistemas tienen altavoces que no emiten energía en los graves. Por ese motivo es necesario revisar la mezcla, emulando lo que sucede con sistemas de reproducción pequeños, para hacer los ajustes necesarios en la frecuencia, de tal manera de obtener una mezcla similar en estos sistemas.
En ese sentido, tenemos algunas opciones para ponernos en esta situación de escucha. Repasemos algunas:
·Escuchar a un bajo nivel de presión sonora, quedándonos con la percepción de una escucha sin graves, debido a la alinealidad de nuestro sistema auditivo. ·Escuchar con un sistema pequeño: para ello es necesario contar con un segundo sistema de monitoreo similar a un sistema casero de dimensiones pequeñas. ·Escuchar con un filtro pasa banda en el master, de tal forma que limitemos en la frecuencia la mezcla en graves y agudos. Podemos probar con frecuencias de corte de 100 Hz en los graves y 10 kHz en los agudos.
Lo que se sugiere en este punto es trabajar la mezcla normalmente y cuando hayamos logrado el sonido esperado, revisar con alguno de los métodos antes mencionados y asegurarnos de una correcta representación en ambos casos o al menos perder lo menos posible.
La necesidad de escuchar bien las frecuencias medias
Ahora que tenemos en contexto la necesidad de representar bien la mezcla fuera de las bajas frecuencias, podemos ver la importancia de trabajar muy bien las frecuencias medias. Si hay una zona que la mayoría de los sistemas reproducirá correctamente, son las frecuencias medias; es decir el rango comprendido aproximadamente entre 150 Hz a 10 kHz.
Parte de nuestro trabajo al mezclar, pasa a ser que todos los elementos importantes tengan una buena representación en este rango, de tal forma que no se pierda nada al escuchar en estos sistemas más limitados en la frecuencia. En la práctica, esto significa usar ecualización para trabajar cada uno de los sonidos de la mezcla, de tal forma que se escuchen parecido cuando ésta se reproduce limitada en graves o agudos.
En esta parte del cuadro es donde nos viene muy bien el uso de la saturación o distorsión, ya que en esencia son herramientas que trabajan añadiendo contenido armónico a una señal y eso nos puede ser muy beneficioso.
El enriquecimiento armónico ( un as bajo la manga)
Cuando usamos saturación o distorsión estamos generando armónicos o frecuencias de la fuente en cuestión y estos armónicos nos ayudan a agregar energía por encima de las frecuencias graves; entonces la idea es agregar frecuencias usando saturación de manera selectiva, priorizando que sea en la zona de los medios o medios agudos, resaltando y representando mejor el sonido de una fuente.