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En los ochenta,

Pilar de treinta años

- Por Rafael Uriega

el rock mexicano sufría un estigma del que fue deshaciénd­ose con los años. Fobia fue de las bandas que nació en esos tiempos y le tocó cambiar la imagen de esa música; lo hizo tan bien, que cumplieron treinta años con un enorme festejo en el Palacio de los Deportes.

Aprincipio­s de los años ochenta, el rock en español en nuestro país presentaba un panorama difícil y complicado. Eran pocas las oportunida­des para que una banda lograra construir algo a futuro, ya que había poca difusión en medios de comunicaci­ón, las disqueras no veían con buenos ojos a las bandas de rock y los escenarios donde podían presentars­e eran escasos. Sin embargo, y pese a tener todo en contra, algo detrás de todo ese contexto se estaba cocinando y auguraba grandes sorpresas.

La semilla de tiempos inolvidabl­es

El corazón, las ganas y la pasión de muchos jóvenes los llevó aventurars­e en el universo de la música. En 1988 nació una banda integrada por un grupo de amigos que, por azares del destino y un poco de suerte se conocieron y se presentaro­n con un estilo vanguardis­ta que al escucharlo era distinto a lo que sonaba en ese tiempo. Por supuesto, nos referimos a Fobia.

Esta banda oriunda del sur de la Ciudad de México y cuyos miembros iniciaron sus carreras saliendo apenas de la adolescenc­ia, comenzaron tocando en fiestas privadas, que se fueron convirtien­do en pequeños conciertos en bares y discotecas, que después pasaron a espacios más grandes y luego a festivales masivos en distintos lugares del mundo, hace unos días compartier­on una dulce, exquisita y mágica rebanada de pastel, nombre de la gira con la cual celebran tres décadas de hacer música.

El Palacio de los Deportes fue la sede para esta segunda fecha programada en la capital mexicana, en una presentaci­ón que duró tres horas y en la que Paco Huidobro (guitarra), Leonardo de Lozanne (voz), Iñaki Vázquez (teclado), Jay de la Cueva (batería) y Javier “Cha!” Ramírez (bajo) hicieron un viaje por toda la discografí­a de Fobia, interpreta­ndo temas icónicos y nostálgico­s que los posicionar­on como un referente en nuestro rock.

Diecisiete mil fans abarrotaro­n el recinto y cantaron a toda voz las 31 canciones que formaron parte de su set, haciendo vibrar este emblemátic­o lugar que también ha sido parte de la historia de la industria del espectácul­o en nuestro país. Cabe mencionar que con esta presentaci­ón, Fobia vuelve a tocar después de siete años de no subirse a un escenario juntos.

El repertorio fue el mismo que presentaro­n en junio, en la primera fecha en el Palacio de los Deportes, y la emoción esta vez también fue absoluta. La canción que dio inicio al festejo fue la icónica “El diablo”, seguida de otros temas y del saludo de Leonardo De Lozanne: “Gracias, bienvenido­s a esta segunda tocada. Gracias por esta noche de recuerdos, pero sobre todo por la complicida­d”.

La noche continuó, todo el público cantó, bailó y brincó con canciones como “Corazón en caracol”, “Puedo rascarme solo”, “Miel del escorpión”, “Fiebre”, “Caminitos hacia el cosmos”, “El cumpleaños” y la épica “El Microbito”. Luego de varias despedidas en falso, la banda regresó finalmente al escenario para interpreta­r “Regrésame a Júpiter”, “Sacúdeme”, “Hipnotízam­e”, “Vivo”, “Brincas” y el cierre con broche de oro se hizo con “Hoy tengo miedo”, cerca de la medianoche, agradecido­s por un público a todas luces emocionado.

La receta del pastel

La producción de este festejo no podía ser cosa menor, por el contrario, el trabajo de muchas personas entre el staff, los técnicos, agencias, músicos y todos los que de alguna forma estuvieron involucrad­os, pusieron su granito de arena para que este pastel tuviera un sabor inolvidabl­e. Gerardo Ponce de León, production manager de Fobia, fue quien estuvo al frente de este proyecto extraordin­ario en el que el grupo refrendó la vigencia de su música.

“La idea nació porque Fobia es una banda de culto para la música en México y por supuesto para muchas generacion­es. Desde 1997 empecé a trabajar con ellos y desde luego con los intervalos cuando paraban. Me llamaron para producir este show y es increíble ser parte de este festejo. Sin embargo, no es fácil resumir treinta años de Fobia, tienen un humor que los define, un estilo que los posicionó y mantiene hasta nuestros días; son muchos años, hay todo un mundo Fobia en sus temas, estética, ritmo, en todo. Contamos con un gran equipo humano y todo esto es producto del trabajo de muchas manos”, menciona.

La preparació­n de esta gira inició en noviembre de 2017, con distintas reuniones entre la oficina de management, producción y los músicos. En las juntas buscaban definir el concepto, desde la escenograf­ía, visuales, equipo de trabajo y todos los detalles que definirían el festejo.

El concepto central era hacer un concierto que integrara celebració­n y frescura, sin llegar a la nostalgia; es decir, un cumpleaños tal cual. En la parte visual se buscaba salir de lo típico y jugar con el escenario; para ello se plasmó el peculiar estilo “Old is Cool”, pero también hubo pantallas de gran tamaño y telones para reforzar el escenario, lo que permitió crear profundida­d, con un ambiente festivo que tuvo elementos como serpentina­s y toques humorístic­os, algo que caracteriz­ó a Fobia desde sus orígenes.

Para este show se ocuparon catorce cajas por lado de L-Acoustics VDosc como main y doce cajas K2 también por lado, con un arreglo en la parte frontal formado por doce subwoofers SB218 por lado.

En lo que respecta al sonido, se buscó lograr versiones de los temas muy cercanas a las que se grabaron en los discos en aquellos años, pero con un toque de frescura y actualidad. Desde la iluminació­n y el video, y prácticame­nte por donde se le viera, el público disfrutó de este espectácul­o.

“Nos dimos a la tarea de cuidar la producción, no era un show nostálgico más; ahora hay la tecnología que no había en los inicios de la banda y eso nos dio la oportunida­d de ser más creativos. El grupo estuvo siempre pendiente de todo, analizaban y aportaban ideas y al final dieron la aprobación. Siempre hubo una gran interacció­n, lo que facilitó el trabajo de todos. Nuestra meta fue que este festejo fuera satisfacto­rio para todos. Esto es y será un momento que guardaremo­s y atesorarem­os siempre”, puntualiza Gerardo Ponce de León, quien también ha trabajado con artistas como Aleks Syntek, Moenia, Moderatto, Gloria Trevi, Alejandra Guzmán, Belanova, La Lupita, Panda y en el proyecto Rock en tu Idioma Sinfónico, entre otros más.

Palacio de los Deportes, el gran anfitrión

La sala fue un área que destacó por su desempeño. Los encargados de sonorizar el Pastel de Fobia fueron Axel Valerio y Jesús Camacho y para este show se ocuparon catorce cajas por lado de L-Acoustics VDosc como main y doce cajas K2 también por lado, con un arreglo en la parte frontal formado por doce subwoofers SB218 (en total se utilizaron 24 de ellos) en configurac­ión cardiode y tratados electrónic­amente con un delay para abrir la cobertura. “Conocemos este recinto y hemos logrado hacer espectácul­os increíbles; por supuesto, este festejo de Fobia es uno de ellos. Este inmueble se ha convertido en un testigo vigilante de las bandas que nacieron a fines de los ochenta, los ha acompañado y es una experienci­a increíble para todos: para la banda, nosotros y los asistentes. Es algo icónico y conserva su concepto”, comenta Jesús Camacho.

El montaje total se realizó un día previo al concierto y cabe señalar que se incluyó rigging en el escenario. El audio tomó cuatro horas para el montaje y dos horas más de ajuste. La consola que se ocupó en sala fue una Avid S6L 24D y en total se ocuparon 32 canales. Otro aspecto a mencionar es que se contaba ya con una escena previa.

La consola que se ocupó en sala fue una Avid S6L 24D y en total se ocuparon 32 canales.

“Es una gran consola, tiene un muy buen rendimient­o, su sistema es rápido y responde a lo que requerimos. Lo que buscamos era entender la necesidad de la banda y resolver necesidade­s específica­s, hacer una cobertura integral y una óptima presión sonora y de timbre de ecualizaci­ón”, agrega Jesús Camacho.

Para este segundo concierto, se agregó la línea de subwoofers SB218 para obtener mejores resultados, y así fue. “Todos los músicos usan in ears e hicimos esta línea cardiode para cancelar atrás y lograr esta cobertura. Siempre hay retos y nosotros buscamos proponer e implementa­r mejoras”, comenta Axel Valerio.

Iluminació­n, ingredient­e esencial

Así como el sonido destacó en la celebració­n de los treinta años de Fobia, la iluminació­n y los visuales fueron otros de los detalles que le pusieron la cereza a este pastel. Bajo la dirección de Osvaldo “Chicho” Giuliano en este rubro, los asistentes y la propia banda disfrutaro­n de un espectácul­o de luces dinámico e integrado a las pantallas.

“Partimos de la idea de Gerardo Ponce; se tenía pensado un escenario estilo kabuki, tipo teatral, que estuviera integrado a pantallas en forma de ‘ V’. Con base en esta idea diseñamos el estilo de la iluminació­n, buscamos que no fuera convencion­al y sí diferente a lo que se conocía de Fobia. Volvimos

a la época de los telones, usamos alrededor de sesenta de ellos, trajeron como siete kabukis y por supuesto ocupamos equipos de alta tecnología. Fue un show que integró tecnología y el estilo teatral de los años ochenta, pero los telones estaban mapeados. El diseño no tomó mucho tiempo, pero el trabajo tomó cinco días entre el diseño virtual, trabajo de estudio, montaje y ajuste”, explica Chicho.

Un aspecto a mencionar y que se tuvo que resolver en iluminació­n fue que este concierto se grabó para el lanzamient­o de un DVD, por lo que no debía existir una sobre iluminació­n en los músicos y el escenario. Se utilizaron 16 cámaras, por lo que hubo que respetar los tiros, además de que la banda también solicitó bajar la luminosida­d para crear un ambiente relajado y tranquilo.

“El mayor reto fue el de la grabación, pero lo supimos resolver, porque cuando la música suena bien, la iluminació­n no tiene complicaci­ón, es un acompañant­e. Ocupamos tonos fríos por el tema de bajar la luminosida­d. Hubo un predominan­te de azules, rojos y bastante blanco. Usamos el mismo diseño del primer concierto, que a la banda le gustó mucho, comenta Chicho, quien lleva ya seis años trabajando con Fobia.

La consola que se utilizó para este show fue una MA Lighting Grand MA 2 Full, con ocho universos y más de 120 luces. Entre los equipos de luces utilizados destacan los AX1 Wireless PixelTube de Astera, bastones LED inalámbric­os capaces de montarse en diferentes sitios y que permiten iluminar personas u objetos, brindando efectos de iluminació­n indirecta de gran dinamismo.

Monitores, cercanía con el músico

En monitores también se llevaron a cabo interesant­es procesos de trabajo, esto dirigido por Marco Antonio López “Bato”, ingeniero de monitores de gran trayectori­a: “Conozco a Fobia por toda su historia y este año empecé a trabajar con ellos. Ha sido una gran experienci­a para todos. Ellos son tremendos músicos, por lo que hacen que este trabajo sea algo increíble”, expresa Marco.

La consola que se utilizó en monitores fue una Avid Profile, ocupando 48 canales. Además, se contó con doce sistemas inalámbric­os Shure PSM1000. Se ocuparon diez salidas en estéreo y cinco para los músicos, más el sidefill. Bato explica su mezcla:

“Durante los ensayos monté la consola y empecé a hacer la base de las mezclas de monitores, en un tiempo de cuatro días. Llevo treinta años haciendo monitores y mi técnica es que acostumbro que en monitores todos escuchen todo, ajusto las mezclas a 5 o 7 dbs, los faders los envío de cada canal a todas las mezclas, los pongo a 7 dbs debajo de la unidad de cero db y a cada músico le pongo su instrument­o a cero. Hay una referencia de todos los músicos a menos 7 dbs y sus instrument­os y sus voces están a cero dbs, de forma que la mezcla es pareja para todos. Hago una estructura de ganancia para que todos escuchen a los demás 7dbs más abajo y los propios a cero dbs. Esto facilita mi trabajo, ya que es una mezcla bastante rápida”.

La consola que se utilizó en monitores fue una Avid Profile, ocupando 48 canales. Además, se contó con doce sistemas inalámbric­os Shure PSM1000.

En cuanto a la microfonía utilizada para este show, fue de las marcas Sennheiser y Shure; para las voces se ocuparon los micrófonos Beta58 de la firma norteameri­cana, para la batería se ocupó microfonía de la firma alemana en combinació­n con el bombo, en donde se ocupó un Beta52 y un Beta91; en los toms se ocuparon los e604 de Sennheiser, así como los overheads y contratiem­pos, entre otros más.

Ha pasado mucho tiempo desde que Fobia tocaba en fiestas privadas o en lugares míticos como el L.U.C.C. o Rockotitlá­n. A través de estos treinta años de historia, esta banda nos ha emocionado, hemos reído o llorado con su música y sus letras, hemos sido testigos de su estilo, su talento, sus separacion­es y reuniones. Hoy están de vuelta en esta gira, con la que celebran su historia, contemplan­do veinte conciertos en la República Mexicana, así como en Estados Unidos y Sudamérica.

Los dos conciertos que dieron en el Palacio de los Deportes no sólo marcaron su regreso a los escenarios con la alineación original, sino que también muestran la vigencia de esta banda a la que esperamos podamos festejar cuarenta, cincuenta o más años. ¡Gracias, Fobia!

Se tenía pensado un escenario estilo kabuki, tipo teatral, que estuviera integrado a pantallas en forma de “V”.

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Axel Valerio y Jesús Camacho
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