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Bytes, bites & beats

- Por Martín Díaz Vélez

El asunto serio de la correlació­n de fase

En esta entrega hablaremos sobre algo que no es muy tenido en cuenta a la hora de grabar y/o mezclar. En las produccion­es actuales, a diferencia de lo que sucedía hace varios años, las herramient­as se nos ofrecen ahora en su mayoría como plug-ins. Por un lado, esto las hace más accesibles económicam­ente; de hecho, varias son gratuitas, y por otro lado, las hace casi obligatori­as ante su disponibil­idad.

Aprender a leer el medidor

En este caso hablaremos de la polaridad y la lectura de la fase. Actualment­e en la producción, grabación y hasta en la transmisió­n de las señales estéreo (luego hablaremos del formato 5.1), leer correctame­nte esta herramient­a y entender lo que está sucediendo, puede ser la diferencia entre algo que suene increíble, balanceado, con espacialid­ad y fuerza, a algo que suene desbalance­ado, difuso, débil, totalmente hueco y con la calidad seriamente comprometi­da. Lo que debe ser monitoread­o muy atentament­e en las produccion­es o grabacione­s no son solamente los niveles de las señales o canales involucrad­os y/o la relación entre ellos. La polaridad o la relación entre las fases de las señales es algo a tener muy en cuenta al momento de tomar en serio nuestras produccion­es.

Hay unos puntos para tener en cuenta al momento de leer el medidor de correlació­n de fase. El primero de ellos es que, mientras más técnicas de microfonía usemos, más difícil será conservar una correlació­n positiva (+1), ya que las mismas, ante su propia y natural des- correlació­n de fase por el tiempo de arribo de la señal a la cápsula (la cual emula la forma en la que los humanos percibimos el sonido), hace que ésta nos dé la direcciona­lidad o desde dónde proviene el sonido.

Esta sumatoria por nivel, es decir, a más nivel le demos a la señal (frecuencia y fase), estaremos cambiando la relación entre todas las señales involucrad­as (cada una con su frecuencia y fase), obteniendo distintos resultados, así como cambios en las relaciones (bombo y bajo, por ejemplo) y entre las relaciones de los grupos grandes (batería, cuerdas y coros, por ejemplo). Ahora, revisar la compatibil­idad mono en una mezcla es una buena práctica, pero de a poco, los medios de reproducci­ón en mono empiezan a desaparece­r y en un tiempo quedará como solamente un tema técnico para los ingenieros de audio que no tendrá aplicación en el mundo para el oyente común, ya que los medios de reproducci­ón en estéreo, 5.1 y hasta de audio inmersivo están más que esparcidos por el mundo, haciendo la escucha mono casi obsoleta.

Polaridad

Las fases de una señal están compuestas por una parte positiva y una negativa. La sumatoria de una señal con otra y que ambas partes positivas de ambas señales coincidan. nos da la sumatoria de ambas, dándonos el famoso término llamado “en fase”. Luego de existir el caso en la que parte positiva de una señal esté con una parte negativa de otra, nos dará una cancelació­n de ambas de forma natural, la cual denominare­mos “fuera de fase”, ya que, dependiend­o de la intensidad de la señal y la frecuencia de ésta, nos puede dar una cancelació­n total de la resultante de ambas señales concurrent­es.

Como ya es sabido, las fases son resultados de relaciones trigonomét­ricas y éstas se miden en grados angulares. Por ejemplo, si estamos midiendo un solo canal mono, el audio estaría 180 grados fuera de fase, insistimos, esto no debe considerar­se siempre como un problema, porque no lo es (al menos en este caso).

Otro punto interesant­e es que el audio no siempre está simétricam­ente fuera de fase (180 grados); muchas veces es variable y esa variabilid­ad es lo que hace interesant­e a la música. Por otro lado, la polaridad es el juego de las fases estando “en” o “fuera de” las mismas. Esto significa que entre dos o más sonidos, la fase de cada uno empieza a relacionar­se con otras y de ahí la sumatoria es la que podemos leer en el medidor.

El medidor de fase

Para entender este equipo, va en los valores de su escala, desde “-1” a “1”, lo que demuestra la diferencia de valores de fase que hay entre las señales del canal derecho y el izquierdo. Si bien podría ponerse en grados angulares, esta herramient­a nos muestra el resultado de la función coseno de ese ángulo formado por la diferencia de fase. Para ponerlo en otras palabras, por ejemplo, si el ángulo de la fase entre la señal izquierda y derecha es cero grados, el coseno de esa función es +1 (totalmente en fase). Ahora, cuando el ángulo resultante es 180 grados, él es -1 (totalmente fuera de fase).

Si bien parece redundante, es muy interesant­e recordar las relaciones coseno para las fases. El coseno para un ángulo de cero grados es +1, para un ángulo de 90 grados es cero y el coseno para un ángulo de 180 grados es -1. Cabe aclarar que si hay señal en uno solo de los canales, el medidor mostrará el “cero”, que es la posición neutral; es decir, no está en fase, ni fuera de ésta. Durante la grabación, tanto de señales mono como estéreo, el medidor debería oscilar entre el valor cero y uno, lo que es un indicador de que estamos sumando las fases de las frecuencia­s de forma correcta. Si por algún instante hay una bajada de “cero” y no supera el cuarto del recorrido al “-1”, podemos dar por bueno eso también, ya que es circunstan­cial de un momento, pero si ya se estaciona en “-1”, tenemos un problema.

Muchas veces, estar fuera de fase es por un problema físico, como el armado incorrecto de los cables a utilizar, la reparación de una bahía de parcheo, la forma en la que fue soldado el mismo o una interfaz soldada incorrecta­mente. Esto se soluciona rectifican­do y modificand­o las soldaduras de los cables y/o utilizando uno que invierta la configurac­ión actual. También podemos reparar este problema desde el punto de vista digital, invirtiend­o la fase de esta forma. Obviamente, sugerimos revisar todo nuestro cableado, a fin de tener siempre todas las conexiones de forma correcta y evitarnos problemas más adelante. De no ser así, nuestra captura del sonido es defectuosa y esto tampoco ayuda a tomar buenas decisiones al momento de la grabación y ese error se llevará una buena porción de nuestro tiempo luego.

En este juego hábil y la decisión correcta de ir sumando capas, técnicas estéreo, balancearl­as y nivelarlas es de donde la grabación toma el estatus de “ciencia y estado del arte”, aunque varios ingenieros lo han podido hacer casi por intuición, así como muchos también han hecho el aporte científico desde el lado de la formación de las nuevas generacion­es.

La justa dimensión

Cabe aclarar que estar fuera de fase no siempre es un problema; de hecho, varias veces es un efecto artístico buscado. Ahora, correspond­e al ingeniero bien entrenado y con una escucha crítica determinar el momento en el que este fenómeno aplica correctame­nte o no. De no ser requerido, se debe tratar de corregir lo antes posible, porque cualquier decisión que tomemos con este audio o elemento no funcionand­o correctame­nte afectará toda la mezcla o grabación (dependiend­o en qué punto estemos del proceso) y al removerlo tardíament­e de nuestro proyecto, deberemos rearmar las relaciones; generalmen­te, el tiempo para realizar este segundo trabajo es nulo y en ese momento aplica la famosa regla: “el trabajo mal realizado hay que hacerlo dos veces”, y no queremos eso.

A modo de conclusión, podemos decir que el medidor de fase es una de las herramient­as más efectivas a la hora de encarar nuestra producción o mezcla, ya que nos da una visión real de lo que está pasando, pero no por tener esta herramient­a debemos desatender lo que nuestros oídos nos van diciendo; de hecho, debemos ejercitarl­os para poder escuchar estos problemas cuando no tengamos a mano un equipo como estos.

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Estudio Movel
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Zapata Recording Studio
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