Revive sismo terror en Ciudad de México
para los familiares que llegaron buscando a sus hijos. Cuando cayó la noche, se dificultó el rescate, pero la búsqueda se mantenía.
Los brigadistas pedían silencio a los cientos de ciudadanos que se congregaron para ofrecer ayuda.
En el lugar ya sobraban víveres y medicinas, pero los socorristas pedían a gritos tanques de oxígeno, mascarillas pediátricas, lámparas con pilas, sierras eléctricas, pinzas para cortar metal, psicólogos, sondas fisiológicas, puntas nasales, tubos endotraqueales, una camilla ....
Y cinturones que eran usados para improvisar camillas en carretillas de materiales.
Necesitamos mangueras, más mangueras para darle de comer a los niños atrapados”. ANÓNIMO (Rescatista)
Noche muy larga
Los vecinos del colegio abrieron sus casas para habilitarlas como centros de acopio, mientras la Policía capitalina y el Ejército batallaban para mantener acordonada la zona.
En las calles, dos plantas de luz funcionaban con gasolina, lo que permitía mantener iluminada la zona del desastre.
Una nube de polvo se levantaba frente al colegio donde ayer por la tarde el sismo dejó atrapados a un centenar de menores.
En la larga noche que se avecinaba, la esperanza se gritaba cada vez que un menor era encontrado.
Pasadas las 10:00 de la noche, un grito animó a rescatistas y voluntarios: "¡Familiares de Fátima Navarro!".
Otra niña había sido rescatada. Pero en la lista de desaparecidos, una veintena de nombres dejaba ver la larga faena por venir.