Harén canino
Peor que la Perra en Brama, perdón la Perra Brava,
ha sido desnudado en las redes el secretario de Cultura de Tabasco, Noño Chávez Cochinoa, a quien acusan de tener un verdadero harén como el del reino de Tartaria, de las Mil y una noches.
Los lúdicos y lascivos placeres del obeso sultán, en nada ofenderían su alto cargo en el gobierno de Tabasco, gruñe la envidiosa PB, sino se le acusara precisamente de usar este puesto que, con menor categoría administrativa —dirección o instituto— han honrado otros tabasqueños, entre los que baste mencionar a un Antonio Ocampo Ramírez, a Máximo Evia Ramírez y hasta, por último, a Pancho Peralta, para ubicar en toda su inmundicia al actual responsable de la cultura en Tabasco.
El lodo en que se revuelca el Ñoño Cochinoa
salpica a la propia Universidad Politécnica del Centro, donde fue rector y donde la denuncia pública ubica el lenocinio que surte sus placeres de la carne, manchando reputaciones familiares y la vida y profesión de jovencitas que han sido exhibidas. Alumnas y ex alumnas, así como la propia actual rectora de esa universidad, con sus nombres y apellidos y fotografías donde Cochinoa luce sus encantos seductores, han sido expuestas al escarnio, la maledicencia y quizá la difamación sólo por la enfermiza conducta del funcionario.
Ya es tiempo que alguien ponga orden y evite que se siga exhibiendo lacras como este “servidor” público, pues de ser ciertas las acusaciones mediáticas existe delito que perseguir como el lenocinio y la presunta prostitución de lo que puede explotar en un escándalo extra fronteras tabasqueñas, una red de proxenetas como las que han aparecido en otras entidades del país.
Cesar al secretario de Cultura evitaría que su presunta conducta oprobiosa de engaño o seducción siga dañando a esas jovencitas en condiciones de vulnerabilidad, dice la PB que quisiera que la dejaran morder esos huesos con bastantísima carne. En fin, el tema mantiene ocupada a la feminista PB que hasta deja pendiente el asunto del perredeco compadre incómodo que estuvo a punto de recibir su merecido por provocar a mujeres que protestaban frente a Palacio de Gobierno.