Deconstruyendo el 8M
Ser mujer, históricamente ha sido muy difícil: discriminación, abuso, violencia, injusticia, privación de derechos, falta de tiempo para ellas, prohibición de acceso a escuelas y universidades. La lista sería enorme y debiera llenarnos de vergüenza como sociedad. En resumen, durante siglos ser mujer significó casi lo mismo que ser un objeto. Pues NO más.
El 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer, y por primera vez en la historia moderna de México, las mujeres no solo tuvieron que hacer uso de valor para levantar la voz y exigir sus derechos, esta vez tuvieron que derribar ¡UN MURO! Sí, así como se lee, un muro de acero levantado alrededor de Palacio Nacional, por las mismas personas que durante 4 años se quejaron amargamente por el muro de Donald Trump. Les pusieron un muro, que ni a los grupos de manifestantes más rijosos y agresivos les han construido.
Y ¿qué pasó? Pues lo tiraron, como ellas han tirado todos los muros que se les han puesto enfrente, para conseguir empleo, estudiar, votar y pelear por sueldos iguales a trabajos iguales.
¿Que la violencia genera violencia? Sí, es más que cierto. ¿Que la violencia nunca es el camino? También es muy cierto. Pero habría que preguntarse, aquí quién violenta a diario a esas mujeres. Habría que preguntarse quién les da respuesta y soluciones a los abusos de los que son objeto. Habría que recordar que a diario desaparecen madres, hijas, hermanas, amigas, y que la desesperación y el dolor ya no pueden ser más grandes ni profundos.
Se puede ser empático con el dolor ajeno, pero NO puede vivirse el dolor de los demás. La violencia que se observó no la puedo aplaudir, pero tampoco como persona razonable, la puedo señalar ante tan pocas respuestas y tantos agravios, ante tanta cerrazón de una sociedad machista. No hay futuro sin nuestras mujeres. No piden favores, solo equidad. No quieren nada fácil, solo las mismas oportunidades.
¿Ya chole con las mujeres?
¡NO! Ya chole con los neandertales que las golpean, sobajan, ofenden, violan, mutilan, denigran, limitan y minimizan. Ya chole con no hacer nada de fondo por ellas, no como un favor ni como un acto políticamente correcto, sino como una obligación de personas bien nacidas.