● Tienen respiro ‘Juan Graham’
Anuncia el director del nosocomio Víctor Narváez Osorio reconversión del centro hospitalario para atender otros padecimientos.
“Nunca había visto tantas muertes. Es muy duro”, relata un médico practicante del hospital Juan Graham, reconvertido desde el inicio de la pandemia en ‘hospital covid’.
El joven galeno evoca a enfermos que, a pesar de los cuidados intensivos que recibieron del personal de Salud, terminaron perdiendo la batalla.
Según datos oficiales del nosocomio, unos mil 500 pacientes fallecieron como consecuencia del virus, cifra que representa el 30 por ciento de todos los hospitalizados.
GRAN FRUSTRACIÓN
“Hubo pacientes que llegaron con problemas de comorbilidad agravada por el virus, eso hizo que su pronóstico de salud fuera bajo, fue frustrante saber que aunque hicimos todo lo posible, no pudieron salir adelante”, contó el galeno con tristeza.
Los mil 700 trabajadores de la Salud que han estado en el frente de batalla contra el virus —150 médicos generales, 42 galenos especialistas, 500 enfermeras y el resto del personal administrativo—, han vivido con los sentimientos a flor de piel y el estrés extremo.
“Recuerdo que cuando empezamos, muchos compañeros estaban con miedo ante el temor de poder infectarse”, explica el profesional de la salud.
HABÌA MIEDO
No era un temor infundado, cuatro meses después de haberse registrado el primer caso en la entidad —una mujer cardenense que regresaba de un viaje procedente de Francia—, el SARSCOV-2 causaba el pico más alto de defunciones: 22 muertes diarias en julio del 2020.
Para dar una dimensión del drama que se vivió en el hospital Juan Graham, su director Víctor Manuel Narváez Osorio, lo pone en estos términos: “pasamos de ser un hospital que tenía 132 camas, a ser un hospital con 232 camas sensibles, tuvimos que crecer de manera extraordinaria sobre la marcha”.
A los hogares enlutados de ese negro julio, cuyas defunciones alcanzaron a 935 víctimas, se sumaron las anteriores de marzo, abril y mayo: mil 988 hogares enlutados por la pérdida de uno o hasta más miembros de la familia.
El número de contagios se multiplicaba de manera alarmante. Ese mes más cruel de julio el número de contagiados acumulados pasó de 10,695 a 21,301 infectados, de los cuales la mitad —10 mil 606— seguían positivos y podían ser agentes de contagio.
“Sí, julio fue tremendo para nosotros —reconoce el director médico Narváez Osorio. Tuvimos un ingreso promedio al día de 27 internados. Hubo un día que fue el más fatídico de todos, con 22 fallecimientos. Ese día fue complicado. Son cosas que uno no quiere volver a recordar por lo difícil”.
Esos largos días, afuera del hospital, las carrozas hacían fila para llevarse los cuerpos de los caídos por el Covid. Ni siquiera el personal de salud se ha salvado del virus.