Para candidatos y partidos
Una campaña electoral es como una carrera de Fórmula 1. Hay miles de personas trabajando para que un piloto gane una carrera o campeonato, pero solo UN individuo aparece en la pista o en el spot público, solo hay UN candidato o candidata que al final, como un Lewis Hamilton, se lleva o no la gloria de la victoria.
Tal vez de forma injusta nadie sabe quién es el genio que diseña la caja de velocidades o alguna parte de la aerodinámica, como tampoco se sabe quién está detrás de la estrategia o de allegar simpatizantes en tierra a quienes compiten en un proceso electoral.
La lección para los partidos y los candidatos es que, al igual que en un equipo de alta competitividad de la máxima categoría del automovilismo mundial, cada quien debe de hacer lo que mejor sabe.
Nada afecta más una campaña que un candidato "todólogo", que quiere ser el coordinador general o el que sabe más de leyes que el abogado, más de comunicación que el experto en la materia y más de estrategia que los estrategas.
Y pocas cosas hacen tanto daño en un equipo de campaña, que algún personaje (que siempre existe) cercano o cercana a los candidatos, que es pedante, déspota y que hace de su cercanía, un poder que solo afecta al equipo, pero sobre todo, a los protagonistas de la contienda.
Lamentablemente y por una razón inentendible, ese personaje siempre existe en una campaña, y lo más lamentable es que, en caso de ganar, siempre acompañan en el gobierno a los triunfadores. Tal vez esa sea una de las razones por la que los mejores hombres y mujeres de México no se animan a entrar de lleno a cambiar las cosas. Porque cuando deciden hacerlo, se encuentran con estos ineptos, déspotas y prepotentes, que actúan como si fueran superiores a todos.
Los individuos calificados y con dignidad optan por hacerse a un lado, a diferencia de aquellos con poca capacidad y preparación, dispuestos a hacer y soportar todo, con tal de estar cerca del poder y los poderosos.
Así que, si usted es candidato o directivo de un partido, ocúpese de respetar el trabajo de todos, de darle responsabilidades y voz a los expertos en cada materia, y analice para qué necesita a ese personaje, ya sea hombre o mujer, que solo genera mal ambiente para todos a su alrededor.