Su propia sangre la violó
Joven de 18 años es abusada por un pariente y otro cómplice. Después la golpearon. Querían tirarla en una barranca.
PUEBLO NUEVO DE SOLISTAHUACÁN, Chiapas.
A sus 18 años, Carolina sabe ya lo que es vivir en un infierno: el pasado domingo 20 de marzo, en su propia casa, fue víctima de violación por un familiar cercano y un cómplice.
Su padre Daniel y su madre salieron de compras al centro del pueblo, pero ella prefirió quedarse en el hogar, ubicado en la comunidad de Arroyo Grande.
No habían pasado las nueve de la mañana cuando se presentó Oliver de Jesús, su pariente, acompañado de su inseparable compinche, Nehemías. Ella les abrió la puerta y les informó que sus padres no estaban.
Oliver miró a Nehemías y sin mediar palabras tiró al suelo a la joven. Carolina forcejeó con los dos hombres hasta donde pudo, porque era evidente que estaba en desventaja numérica y física.
Cuando los desalmados cumplieron su abominable villanía, comenzaron a golpear a Carolina en la cara, el pecho, el vientre y los hombros hasta el punto de hacerla perder el conocimiento.
Entre los dos subieron el cuerpo de la muchacha hasta el patio, donde tenían estacionado el auto en el que habían llegado. Oliver primero abrió la cajuela, y después ayudó a Nehemías a meter el cuerpo de Carolina dentro.
Por las prisas de que regresara don Daniel o que alguien pudiera verlos en la propiedad, no cerraron bien el cofre. Tampoco les preocupó mucho, como el cuerpo de Carolina no se movía, pensaron que había muerto
Condujeron por la ciudad hasta alcanzar el otro extremo. Su maquiavélico plan era alcanzar un punto poco transitado, conocido como «la Sima», donde hay una cañada.
El zangoloteo del automóvil hizo que la cabeza de Carolina golpeara con un borde de la cajuela, y volvió en sí. La luz desbordando por la cajuela la encegueció por unos instantes. Su corazón latió aceleradamente nada más acordarse de lo que estaba viviendo. Toda golpeada y adolorida de su cuerpo saltó de la unidad hasta caer a orillas del camino pedregoso. Se levantó sin perder tiempo y caminó en sentido contrario a los violadores. Cuando divisó una casita, se sintió aliviada. Apenas entró, pidió ayuda.
LA INTERNAN POR HERIDAS
Los padres de Carolina viajaron al día siguiente a Tuxtla Gutiérrez porque la policía de su municipio no quiso detener a los violadores.
Don Daniel se enteró que ni siquiera la denuncia que presentó en una oficina del palacio municipal fue registrada.
Por las heridas que presentaba, agentes de la Fiscalía de la Mujer remitieron a Carolina al hospital Gilberto Gómez Maza, mientras donde Daniel ratificaba la denuncia.
Personas de buen corazón se enteraron de la agresión de que fue objeto Carolina y se presentaron al hospital para entregar a la familia colchonetas y alimentos.
De manera espontánea, los solidarios comenzaron a hacer un llamado a la sociedad tuxtleca para manifestarse el miércoles 24 de marzo, en apoyo a Carolina.
OLIVER Y NEHEMÍAS SIGUEN LIBRES
Por la mañana del miércoles, decenas de mujeres marchan por las principales calles de Tuxtla para exigir justicia por Carolina.
Algunas de las mujeres portan carteles con los nombres de mujeres chiapanecas que han sido víctimas de feminicidios. «¡Ya basta!», «¡Ni una más!», «No a la impunidad», se lee en las pancartas.
Carolina aún no ha sido dada de alta del hospital. Las heridas que presentan son graves. «Está muy golpeada en su cabeza. No sé cómo vaya a quedar. Por eso pido justicia, que haya una larga sentencia para los agresores», murmura con tristeza don Daniel. Hasta ahora, Oliver y Nehemías siguen libres.