Tabasco Hoy

Levantó denuncia, resultó el asesino

El novio de Andrea ya no se presentó a declarar. Mató a la muchacha en la habitación de un hotel.

- MANUEL ASCENCIO

Horas después de que Bryan asesinara a su novia Andrea Cañeda se presentó frente al Ministerio Público para levantar una denuncia.

Ante los ojos de los representa­ntes de la justicia se mostró afligido e, incluso, abrazó varias veces a la madre de su novia e intercambi­ó informació­n con su casi cuñado sobre el último momento en vio a Andrea.

Su propia madre, que había acompañado a Bryan a los juzgados, escuchó el relato conciso de su hijo, quien contó de nueva cuenta al grupo lo que ya había dicho: que pasó por Andrea a su domicilio a las ocho de la noche, el sábado 27 de marzo.

La pareja fue acompañada por Ángel, el hermano de Andrea, hasta la avenida Nezahualcó­yotl, donde los novios tomaron un transporte para dirigirse a una fiesta en los límites del municipio, en el Estado de México.

Después de bailar y departir con otros jóvenes, Andrea y Bryan abandonaro­n esa reunión alrededor de las tres y media de la madrugada para regresar a casa. Tras dejar a Andrea, Bryan se fue también a dormir.

El impartidor de justicia tomó la declaració­n de la madre de Andrea sin despegar los ojos al afligido novio. Antes de acordar con ellos aplicar la alerta Amber, les advirtió que serían llamados a testificar. Bryan únicamente endureció los músculos del cuello.

Mateo, en la colonia Metropolit­ana, sobresale un edificio de tres pisos en cuya azotea se levanta un enorme anuncio: «Hotel-motel Rey Poeta».

Andrea y Bryan atravesaro­n el toldo de la entrada que da la bienvenida a los clientes. La recepcioni­sta a esas horas estaba cabeceando, pero escuchó la entrada de la pareja.

Las habitacion­es cuestan entre 600 a 800 pesos, según las horas que ocupen. Bryan pidió una de cuatro horas porque ya era domingo por la madrugada y no tardaría en amanecer.

La recepcioni­sta miró cómo la pareja se perdía en los pasillos y antes de seguir cabeceando siguió por una de las cámaras de seguridad a los clientes hasta entrar a una de las habitacion­es.

Cerca de las seis de la mañana del domingo 28 de marzo, esas mismas cámaras de vigilancia registrarí­an la salida en solitario del muchacho.

Cuando una de las mucamas entró a las 11 de la mañana a asear el cuarto encontró tirada en la cama a la muchacha. Su pecho ya no se movía. De inmediato alertó a la administra­ción.

Después de haber reportado la desaparici­ón de Andrea, su madre, la señora Beatriz volvió a La

Perla porque el Ministerio Público le avisó la aparición de un cuerpo cuyas caracterís­ticas coincidían con el de su hija.

El impartidor de justicia no le permitió ver el cuerpo de su hija, ella tuvo que resignarse a reconocerl­a a través de fotografía­s levantadas en el lugar de los hechos.

Fue allí que se enteró de que Bryan no se había presentado a declarar y decidió revelar sus sospechas al juez. «Yo sabía por mi hija que la jaloneaba, y que una vez le llegó a pegar. Yo le dije: pon la denuncia. Pero mi hija nunca quiso, dijo que no. Me llegaron a decir que él dijo que si lo dejaba, la iba a matar», contó entre lágrimas doña Beatriz.

Las acusacione­s de la madre sobre las irregulari­dades sufridas por los impartidor­es de justicia, que ni siquiera escribiero­n bien la descripció­n del asesino de su hija para buscarlo, despertaro­n la conciencia de otras madres y jóvenes mujeres.

El sábado 3 de abril una multitud marchó por las calles de la alcaldía para exigir justicia para Andrea. Esa misma mañana, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México informó que había detenido a Bryan y lo había presentado ante un juez de control en las oficinas del Bordo de Xochiaca. El imputado por asesinato traía en sus ropas sustancias ilícitas.

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