Acuerdos México con el mundo
Un accordarees firmado y negociado con conocimiento de lo que intercambiaremos y estaremos de acuerdo. Cambiar leyes para sancionar, limitar o restringir, significará que nos gusta hacer un contrato primero sin entender la operatividad de cada parte que lo conforma.
Esto es preocupante y se confirma con el reciente reporte realizado del informe nacional de estimación del comercio de 2021 sobre barreras al comercio exterior por parte del gobierno de Estados Unidos; en el cual hay un capítulo de México que indica que nuestro país ha realizado modificaciones después de la firma del último acuerdo. En general enfatiza que en algunos casos hay falta de certeza jurídica, limitación/restricción a la inversión directa en nuevos negocios en mercados como el de la salud, agrícola, alimentos, telecomunicaciones, manufacturera, tecnológica, y energética, entre otras.
La pregunta es ¿para qué firmamos si modificamos algunas normas, leyes o requerimientos?, ¿qué negociamos entonces?
Hoy México está perdiendo la brecha de una década, seguiremos siendo lo que somos ante la necedad del poder para él mismo y sin tener una visión de largo plazo. El accordare firmado es obsoleto y carente de una misión de largo plazo, todo por hacer planes de transcendencia sexenal, y de igual forma los que vendrán en el futuro.
Nuestro país vecino, del que aseguramos nos ayudará para el crecimiento del país, ha tirado los dados de nuevo con el plan de la administración presentado en marzo , de 2.3 billones de dólares en ocho años, que equivalen a alrededor de 46 billones de pesos, es decir 6 billones de pesos de forma anual, y que es el equivalente al ingreso programado para el 2022 en México en los pre criterios presentados.
De ahí la importancia de no desperdiciar la oportunidad de cumplir los acuerdos con Estados Unidos y de acelerar el desarrollo industrial paralelo con nuestro país vecino.
Autosuficiencia para mí significa: “Tener un balance entre la producción local y lo que no realizamos”.