El Canelo es campeón sin corona
BOXEAR ES UN DESAFÍO
Santos Saúl Álvarez Barragán, alias El Canelo, es el boxeador del momento, estrella del ring, ganador de fortunas y triunfador con su guante de fuerza y destreza. ¡Lo que gana en sus peleas ninguna telenovela se lo puede dar! El tapatío es un galanazo de aires nórdicos, pero muy mexicano. Tiene cuerpazo de estatua griega y es coqueto. Su extracción humilde pertenece al pueblo como tantos pugilistas, y es muy sencillo, el máximo ídolo de Luis Miguel, su cuate de apuestas. Todos hablamos del Canelo sin ser conocedores de pugilismo, porque el boxeo es como el futbol y el cine palomero: invita a la charla con
harta polémica.
LA PELEA SE GANA O SE PIERDE
Un honorable productor que me salió con el cuento chino de “Quiero hacer una telenovela con el Canelo”. ¡Qué alucine! Lógico que jalaría audiencia, sería la sensación, pero también un blanco de ataque. El campeón no es actor, pero da lo mismo cuando hay muchos guapotes que se dicen actores y no dan una en sus interpretaciones. Él pediría fortunas por novelear, y no hay presupuesto que esté a la altura de sus exigencias. No se la pondríamos difícil al Canelo. Dos que tres palabritas y respaldado por excelentes actores que lo ayuden en todo. Lo ideal para interpretar, obviamente, es un boxeador.
LA VOLUNTAD DE TRIUNFAR
El Canelo está ideal para una historia boxística melodramática que se realizó en cine mexicano con muchísimo éxito: Campeón sin corona (1945), con David Silva, un clásico con madeja anecdotaria sobre Roberto “Kid” Terranova, un joven que vende nieves en una barriada de la Ciudad de México, metido a boxeador gracias a sus tremendas facultades físicas. Sus primeros triunfos lo convierten en el púgil del momento, y comienza a ganar dinero, el cual derrocha a manos llenas con mujerzuelas cazafortunas y le entra a las drogas y el alcohol. Su suerte cambia el día que enfrenta a Joe Ronda, un boxeador estadounidense que despierta en él un profundo complejo de inferio inferioridad. Los vicios lo llevan a los callejones del desas sastre y queda noqueado e en la lona. Logra recuper rarse y Roberto deja de ser el “Kid” Terranova, regresa a lo suyo, vendedor de nieves.
EL BOXEO NO SE BBASA EN LOS SENTIMIENTOSSENTIM
El argumento de Campeónsincorona se inspira en la vida trágica del popular boxeador Rodolfo “Chango” Casanova. Una noche lo encontraron ebrio e inconsciente en un rincón oscuro de la Plaza Garibaldi y lo refundieron en un albergue de indigentes. El 25 de noviembre de 1980, su corazón dejó de latir. En 1950 lo proclamaron el mejor boxeador del siglo XX, pero los triunfos no son eternos. En 1932 debutó en el ring de la Arena Nacional como Young Casanova, sin anuncios en sus calzoncillos. Cada semana se presentaba y demolía a sus contrincantes. En seis meses ganó nueve peleas por nocaut y dos por decisión. Presenciar sus peleas era todo un show impresionante con su cuerpo aceitoso para brillar más que sus rivales. A los 18 años de edad demolió a los campeones mundiales. Primero le pagaban 50 pesos por pelea, y luego 200. El mote de “Chango” se lo impuso su tío, porque cuando subía al ring tiraba muchos golpes y parecía un changuito. Peleó y arrasó en el Madison Square Garden de Nueva York. Al fallarle su famoso gancho a la quijada en Montreal, lo abandonó una vividora de hombres y le dio por la borrachera. El alcohol lo enloqueció gachísimo. Entró y salió del manicomio La Castañeda, donde lloraba sin parar. Pedía limosnas en la calle causando lástima y asco. Tal vez mejor debió quedarse como lo que era inicialmente, el Nevero de Peralvillo.
EPÍLOGO
El Canelo ni siquiera ha platicado con el audaz productor del sueño de llevarlo a las telenovelas. Todo fue una plática de café e ilusiones. Los boxeadores nunca han servido como actores; en cambio, los actores supremos, como Sylvester Stallone y sus Rockys, han hecho de los boxeadores estrellas inolvidables por su entrega total en cuerpo, sudor y alma.