Vanguardia

QUIERO VIVIR EN PAZ, YO YA PAGUÉ: CARO QUINTERO

Ofrece un retrato exculpator­io de sí mismo a la revista Proceso; admite haberse reunido con ‘El Chapo’

- JAN MARTÍNEZ AHRENS

A mí no me llama la atención ningún poder ni ninguna cantidad de dinero. Quiero paz, quiero vivir en paz, quiero que mi familia viva en paz. Dejé de ser narcotrafi­cante”. Ricardo Ortiz, comerciant­e.

El lobo bajó las orejas. Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”, el hombre cuya vuelta a la clandestin­idad puso en pie de guerra a las organizaci­ones criminales del norte de México, se presenta a sí mismo como una víctima.

Ni trafica ni tiene armas ni dinero. Alejado de toda ambición, se describe en entrevista a la revista Proceso como un ganadero frustrado cuyo sueño es vivir en paz. Un hombre ya mayor que sólo quiere dormir en un colchón, rodeado de su familia sin sentir el aliento de la muerte en cada esquina.

“Lo único que busco es paz”. Algo que estaría a su alcance si no fuera porque el Ejército y la fiscalía acusan al antaño “Jefe de Jefes”, sobre el que pesa una condena por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena, de haber desatado una nueva y brutal guerra de cárteles.

El retrato que ofrece de sí mismo Caro Quintero, de 63 años, es difícilmen­te creíble. Los servicios de inteligenc­ia militar, la fiscalía y la propia DEA sostienen que desde su salida de la cárcel en 2013 ha reagrupado sus fuerzas y, aprovechan­do la caída de su antiguo amigo, “El Chapo” Guzmán, ha decidido disputarle

el territorio.

Para ello centró su actividad en el Triángulo de Oro, una de las mayores zonas de producción de opio de América, y se alió con los Beltrán Leyva, enemigos acérrimos del Cártel de Sinaloa. Cada vez más osado, en su escalada habría atacado la casa de la propia madre de ‘El Chapo’.

Y ahora estaría intentando, según la fiscalía Chihuahua, hacerse con el control de Ciudad Juárez, la gran puerta de entrada a Estados Unidos.

Todo lo niega Caro Quintero en la entrevista. “No sé nada de la madre de ‘El Chapo’. No tengo problema con ningún cártel. A mí no me llama la atención ningún poder ni ninguna cantidad de dinero. Quiero paz, quiero vivir en paz, quiero que mi familia viva en paz. Dejé de ser narcotrafi­cante. No quiero saber nada de cuestiones ilícitas. ¿Usted cree que yo tengo ganas de regresar a la cárcel después de estar 29 años preso? “, dice.

Su actitud es la habitual en los grandes capos. Cuando al ser detenido el 22 de febrero de 2014, la policía le preguntó a “El Chapo” a qué se dedicaba, contestó que era un simple agricultor. En un sentido parecido se expresa ahora Caro Quintero.

Aunque admite que en la clandestin­idad le llegó a visitar Guzmán Loera –“le dije que no quería saber nada de cuestiones ilícitas”-, muestra una ignorancia supina sobre todo lo relacionad­o con el narcotráfi­co: “Mire, yo de cárteles y todo eso no me di cuenta hasta que estuve preso”.

Otro tanto ocurre con su actividad criminal. Únicamente admite que en los años ochenta, cuando era considerad­o uno de los capos más importante­s del mundo, “hacía unas siembritas de mariguana, nada más”.

En su relato exculpator­io llega al punto de desaconsej­ar los estupefaci­entes: “Yo sembraba la mariguana, pero nunca la he fumado. No soy vicioso. Le diría a la juventud que no use droga, ¿para qué?”. Y desde luego niega, como siempre ha hecho, su participac­ión en el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena. El crimen que le llevó a la cárcel en 1985 y que desde entonces le persigue noche y día.

5 MDD POR SU CAPTURA

Su salida no ha escapado a los ojos de la DEA. La venganza aún sigue en pie. Por su captura ofrece cinco millones de dólares y a nadie se le oculta que ahora es su principal objetivo. Caro Quintero parece saberlo también.

“Yo ya no soy un peligro para la sociedad. No quiero saber nada de narcotráfi­co. Le pido perdón a la DEA, al Gobierno de Estados Unidos; no fue mi intención hacerles daño, las cosas no estaban en mis manos. Si algo hice mal, ya lo pagué, pero todos merecemos una segunda oportunida­d”.

La barbarie golpeó como nunca antes el corazón de la DEA. La agencia, en venganza por la muerte de su agente, puso en marcha una gigantesca operación, dentro y fuera de la ley, para atrapar a los culpables. Ninguno se libró.

 ??  ??
 ??  ?? Quiere paz. Rafael Caro Quintero dice que es una persona grande de edad y que no busca riquezas.
Quiere paz. Rafael Caro Quintero dice que es una persona grande de edad y que no busca riquezas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico