Vanguardia

‘Es fascinante para nosotros que se haya llegado al acuerdo’ 20

DESEAR LA PAZ Y CASI ALCANZARLA Joven colombiana, quien creció en medio de la violencia, ve con esperanza el futuro de su País Siempre te queda el coraje, el sinsabor de ver que estas personas hicieron daños muy graves y van a quedar como si nada”.

- ROXANA ROMERO

Diana Carolina Rodríguez no conoce la paz. Desde que nació su entorno fue guerra, asesinatos, secuestros y drogas. Su familia vivió en carne propia la violencia que provocó la guerrilla en Colombia. Su abuelo fue desplazado dos veces de su hogar por las FARC. Su primo fue secuestrad­o hace más de 10 añosy todavía desconocen su paradero.

La estudiante de negocios internacio­nales, y originaria de Ibagué, Colombia, relata en entrevista qué significa para ella el Acuerdo de Paz que se firmó el pasado jueves –proceso que viene desde hace cuatro años- entre el Gobierno de su país y las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia (FARC). El convenio, cuyo objetivo es poner fin al conflicto armado que hay desde hace 52 años.

Diana nació y creció en una ciudad tranquila, pero puede describir cómo es vivir con miedo, pensando que en cualquier momento las FARC podían secuestrar­la. Como lo hicieron con su primo, al que conoció cuando era niña, el que un día desapareci­ó y jamás volvió a ver. “Hasta la fecha no sabemos nada de él. No sabemos si está vivo o muerto. Y eso es horrible. Es muy feo estar con la incertidum­bre”.

“Es fascinante para nosotros que se haya llegado al acuerdo, genera mucha satisfacci­ón porque vivir en un ambiente violento es muy difícil. Pero también es difícil intentar cambiar el chip Para los colombiano­s de tu cabeza al darte cuenta que no habrá más violencia”, expresa en la oficina que le asignaron en la Universida­d Autónoma de Coahuila, en Saltillo, a donde llegó hace apenas tres semanas para hacer sus prácticas profesiona­les.

UN CASTIGO PENDIENTE

La joven está feliz porque su país llegó a un Acuerdo de Paz, pero también le queda el “coraje, el sinsabor” de que los integrante­s de las FARC queden sin castigo, a pesar de que hayan asesinado a más de 260 mil personas. De que hayan causado dolor a decenas de miles de habitantes del país que perdieron a sus familiares. Y a las casi siete millones de víctimas de violacione­s, secuestros y a quienes perdieron sus propiedade­s. No obstante, también hay quienes se consideran víctimas, pues se dieron casos en los que menores de edad fueron reclutados de manera forzada.

El Acuerdo establece que un Tribunal de Justicia Transicion­al (Jurisdicci­ón Especial para la Paz) se encargará de conducir los juicios contra los guerriller­os y contra todos los actores que cometieron crímenes durante el conflicto. Pero se prevé que la mayoría de los “rebeldes” serán amnistiado­s y no pagarán condenas ni reparacion­es.

Los responsabl­es de los peores crímenes como secuestro, masacres y violación sí recibirán condenas. Pero la extensión y tipo de las mismas dependerá de cómo y cuánto confiesen de sus crímenes.

Si lo hacen al comienzo del proceso, piden perdón y ofrecen resarcir a sus víctimas, podrán evitar condenas de cárcel y hacer una reparación simbólica, como construir una carretera o participar en un programa de enseñanza AÑOS DE EDAD académica. Los que no confiesen inmediatam­ente enfrentará­n condenas de cárcel de entre 5 y 20 años, según BBC. Desde su enfoque profesiona­l: los negocios, Diana considera que el Convenio de Paz traerá consigo un beneficio económico para el país.

“Antes de que empezara el proceso de paz en Colombia no había nada de inversión extranjera. Cuando comenzó, hace cuatro años, se empezaron a ver más empresas. Yo creo que este acuerdo beneficiar­á mucho en ese sentido al país y pronto vamos a empezar a ver muchas más inversione­s”.

El próximo 2 de octubre se llevará a cabo el plebiscito para que la población colombiana vote en contra o a favor del contenido del acuerdo. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien desde hace cuatro años se sentó a dialogar con Iván Márquez, líder de las FARC, estableció que finalmente el pueblo decidiera.

“El plebiscito se acerca y lo que uno espera es que el voto fuera consciente. Porque la mayoría de las votaciones se hacen por tener que hacerlas, no hay conscienci­a electoral. El llamado es que no se dejen convencer de lo que otras personas dicen o piensan sobre el acuerdo. Que lean el documento, que analicen cuáles son las cosas positivas y negativas que tiene. Y que a partir de eso decidan si votan por el No o por el Sí”.

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Visión. La colombiana Diana Carolina Rodríguez realiza en México su servicio social, a la distancia reflexiona sobre el proceso de paz en su país. Diana Carolina Rodríguez.

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