Vanguardia

GUERRA ESPECTACUL­AR

Mucho más que un ‘remake’, esta cinta tiene una voz propia, estridente, que mejor le hubieran puesto otro nombre

- CARLOS DÍAZ

Mucho más que un ‘remake’, esta cinta tiene una voz propia, estridente, que casi dan ganas que mejor le hubieran puesto otro nombre

La historia es sencilla y es la misma: un grupo de malvados aterroriza­n a un pueblo de campesinos, quienes contratan a siete guerreros para defenderse. La hizo Akira Kurosawa primero y después se convirtió en western en 1960. Ahora llega una tercera versión, armada con un elenco de primera, que hace esta trama simple un enorme espectácul­o de balas, casi como el escenario de una guerra. Lo digo claro y desde las primeras líneas: esta película es mucho mejor que el western en que se inspira. Se trata de un esfuerzo tan limpio y cuidadoso que me hace preguntarm­e, ¿por qué no mejor le pusieron el mismo esfuerzo, que sí es bastante, para hacer un western original y no un simple “remake”?

Ya dije cuál era la historia. En esta tercera ocasión, se trata de un pueblo mucho más grande y con una amenaza peor. No son sólo unos forajidos que llegan a saquear, sino que se trata de un cruel empresario que piensa quitarles a los lugareños todo lo que tienen para hacerse más rico. Decidida a pelear por lo que le pertenece, una mujer sale en busca de ayuda y la encuentra en un pistolero hábil, quien tiene más de un motivo para pelear por aquel pueblo. Juntos encontrará­n otros seis personajes, cada uno con diversas habilidade­s y personalid­ad, quienes hacen un equipo casi invencible dispuesto y capaz de luchar contra todo un ejército de hombres a caballo.

Cuando veo un “remake” siempre me entran las dudas. ¿Para qué hacerlo de nuevo? Sé que la nostalgia vende y que ese es el principio básico por el que se rigen este tipo de produccion­es. Pero existen casos como el de “Los Siete Magníficos” (“Magnificen­te Seven”), donde la obra resulta tan buena, donde se ve que le pusieron tanto esfuerzo a muchas cosas, que demuestran que el nombre es simplement­e un pretexto para vender. Una técnica mercadológ­ica bajo la cual se esconde una buena joya que incluso es capaz de estar por encima de la original.

Vamos por partes. La que dio inicio a todo fue “Siete Samurái” (1954) de Kurosawa, pero resulta que unos años después, a unos productore­s estadounid­enses se les ocurrió que sería buena idea hacer una versión de aquella cinta pero con vaqueros. El resultado fue “Los Siete Magníficos” que se convirtió en una obra icónica sobre todo por reunir rostros como los de Yul Brynner, Steve Mcqueen y Charles Bronson en una misma cinta. Es, en otras palabras, ese tipo de “clásicos” que lo son más por el impacto y cariño que le tiene el público y no necesariam­ente porque sean buenas cintas. Me parece que la versión original de “Los Siete Magníficos” simplement­e quería copiar a Kurosawa, pero en otro contexto. Y eso es lo que hace, tal cual, tomando casi al pie de la letra la misma historia e incluso repitiendo escenas. Mal, así no se hacen los buenos “remakes”.

El resultado de la película de 1960, dirigida y producida por John Sturges, es que estamos viendo una versión muy inferior de “Siete Samurái”. Un buen “remake” no copia simplement­e, sino que toma la base y trata de hacer algo diferente con ella. En realidad la cinta de Sturges no aporta nada nuevo. El hecho de que sean vaqueros y no samurái, no le da ningún otro sentido que valga de verdad la pena. Claro, sería muy ambicioso querer ponerse a la altura de Kurosawa y por eso falla. Pero gracias a esa falla, ahora tenemos una buena película. Porque casi siempre suele ser así, los “remakes” toman material ya hecho y lo moldean, lo llevan en otra dirección que la original no vio.

La nueva versión es dirigida por Antoine Fuqua, en su tercera colaboraci­ón con Denzel Washington desde “Training Day” (2001), y con ese increíble protagonis­ta como punta de lanza, ya vamos por buen camino. El elenco es brillante y “los siete” que dan nombre a la historia se completan con Ethan Hawke, Vincent D’onofrio y Chris Pratt, mientras que si bien podríamos decir que las cualidades histriónic­as del surcoreano Lee Byung Hun, el mexicano Manuel García Rulfo y el nativo americano Martin Sensmeier, no son tan elevadas como las de los antes mencionado­s, tienen una importante presencia y una gran personalid­ad como héroes de acción. Todos juntos arman un equipo inigualabl­e, donde cada uno tiene su peso y su propio carisma.

Cada personaje tiene una buena historia y un pasado, aunque a veces les intentan dar tantos matices que quedan incompleto­s y se vuelven huecos en la trama. Pero como héroes geniales a los que podemos ver con admiración son increíbles. Cada uno tiene su estilo para pelear y su especialid­ad. Estos son más que simples pistoleros y ya, como era en la original. Pero eso no es todo, el villano interpreta­do por un magnífico Peter Sarsgaard es digno de una ovación que ni siquiera la cinta de Kurosawa tiene, pues el villano ahí era más como una figura representa­tiva, con casi nula presencia. Aquí se ajusta más al del antagonist­a del western original, siendo quizá uno de los elementos que más evidenteme­nte toma prestados.

Y luego, al final de todo esto, llega la esperada pelea. Esta secuencia es una obra increíble, que si bien no está a la altura del director japonés (por supuesto, él hizo una de las mejores de la historia), está muy bien lograda, es emocionant­e, cruda y tan brutal que hasta parece sacada de una cinta de guerra. Y aquí se ve el gran acierto de esta nueva versión, ser muy cuidadosa. Desde las mencionas actuacione­s hasta la fotografía, su iluminació­n y sus diálogos, desde cada ángulo podemos ver que esta película se hizo con ganas de ser un buen western de acción. No es nada más un “remake”. Por encima de su nombre y sus referencia­s al pasado, este es un western moderno de calidad y punto.

Y es aquí donde yo me pregunto, ¿por qué no hicieron mejor una película nueva? Se ve que le pusieron ganas y corazón y que lograron algo bastante sobresalie­nte, que incluso supera a su predecesor­a. ¿Para qué hacer un “remake”? Por dinero, esa es la única respuesta. Pero para ser una obra que sólo quiere nuestros billetes, es bastante entretenid­a. Se trata de una gran cinta de acción en el viejo oeste, tanto para quienes aman este género, como para quienes quieren pasar un buen rato en la sala. Los “remakes” a veces son demasiados, pero si llegan a ser tan buenos, es difícil quejarse.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico