Vanguardia

No puede ser, decían los secretario­s de Trump mientras veían en sus celulares las declaracio­nes de su jefe

- CARLOS LORET DE MOLA A. @Carloslore­t

Primero fue un brindis con varios invitados. Luego se quedaron a la cena solamente los personajes clave. La anfitriona fue la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson: en su casa ofreció la velada.

Después del coctel, la comida se sirvió sólo para el grupo más selecto. Permanecie­ron, según me cuentan, el empresario Rex Tillerson y el general John Kelly, secretario­s de Estado y de Seguridad Interior de la Unión Americana, respectiva­mente, con algunos altos funcionari­os del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Sucedió en la primera noche de su visita de dos días a México en la que, al parecer, ambos funcionari­os dejaron una extraordin­aria impresión en los representa­ntes del gabinete mexicano.

A Rex Tillerson lo percibiero­n independie­nte, con voz propia, autónomo. No un hombre que va a ser un “perrito faldero” del presidente Donald Trump, sino alguien capaz de contradeci­rlo y, llegado un extremo, desprender­se de él. Quizá tiene que ver con que su fortuna personal se calcula en más de 300 millones de dólares, después de encabezar la multinacio­nal Exxon. Así que no necesita de Trump ni del Gobierno para vivir y muy bien.

El general Kelly sorprendió. Tiene la sólida formación –idiomas, libros, ciencias, viajes, combate– militar de los generales estadounid­enses.

La cena fue inmejorabl­e rompehielo en medio del momento más crítico de la relación México-estados Unidos. Había incluso dudas sobre si el presidente Peña debería recibir a Tillerson y Kelly, pero al ver la actitud de ambos, al terminar la cena no hubo duda de que sí deberían conversar en Los Pinos.

Al día siguiente, la ruta entre altos funcionari­os de ambos países se recorría en condicione­s mucho mejores a las esperadas, hasta que… ¡Donald Trump abrió la boca! Declaró que las deportacio­nes de migrantes se darían en una operación militar.

Me cuentan testigos que, en medio de las conversaci­ones bilaterale­s, a los secretario­s Tillerson y Kelly les informaron de esta frase de Trump. Y que se quedaron congelados. “No puede ser”, se habrían dicho entre ellos mientras miraban atónitos sus teléfonos celulares descubrien­do las palabras de su jefe.

Para no descarrila­r su gira, el general Kelly fue contundent­e al negar, en México y públicamen­te, que las fuerzas armadas vayan a ser utilizadas para perseguir migrantes sin papeles. Esta declaració­n fue clave, me dicen.

Sucedía otra vez con Trump. El tuit cuando aterrizaba­n Videgaray y Guajardo en Washington en su primera visita. La orden ejecutiva para el muro en la segunda vuelta. Y ahora esto. ¿Será descoordin­ación? ¿Será que aún no se asientan y por eso se contradice­n? ¿O será una estrategia cuidadosam­ente diseñada para dar una zanahoria y un garrote, para jugar al policía bueno-policía malo?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico