Vanguardia

Activa Código Rojo supuesto baleado

- JETZA MÚZQUIZ

RAMOS ARIZPE.- Agustín Jiménez López, de 34 años, es, por mucho, la persona con peor suerte de la ciudad, pues la borrachera que se puso lo llevó a protagoniz­ar una escena que incluso activó el Código Rojo entre las autoridade­s.

El hombre se encontraba en unos cuartos, cerca del kilómetro 33 de la carretera Saltillo – Monterrey, y ya estaba bastante alcoholiza­do cuando decidió irse de ahí, empezando a caminar por un costado de la carretera.

De acuerdo con fuentes del Ministerio Público, Agustín intentó brincar una cerca alambrada, fue entonces que perdió pisada y terminó cayendo, lesionándo­se con las púas en la pierna, por donde empezó a sangrar.

La chamarra que llevaba se le enredó en las manos, así que caminó a oscuras, perdiendo su cartera con cerca de 300 pesos al interior, antes de desplomase a un costado de un auto descompues­to que se encontraba junto al camino.

El auto ni siquiera era de él, estaba ahí abandonado desde la tarde y ya había sido reportado a las autoridade­s; sin embargo, los conductore­s que pasaban por el lugar se percataron del cuerpo tendido sobre el suelo y pensaron lo peor.

Se activó la máxima alerta entre las autoridade­s, pensando que era una persona baleada y abandonada a un costado de la carretera, por lo que acudieron asistencia­s médicas que, finalmente, dieron atención y traslado a un hospital.

La verdad salió a relucir horas más tarde, cuando Agustín estuvo de nuevo en sus cinco sentidos, mencionand­o que no recordaba nada después de la borrachera que agarró, sin embargo, lo poco que pudo decir ayudó a reconstrui­r los hechos.

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