Vanguardia

ESCASEZ DE GÜEVOS

- JESÚS PEÑA

Valor civil ¿Existe todavía? Porque ahora como que nadie quiere dar la cara y todo mundo prefiere esconderse bajo la cobija del anonimato.

Pocas veces, yo creo que 2, en casi 20 años de ejercicio periodísti­co, que he dejado de firmar un reportaje o una crónica, no porque yo haya querido, sino por decisión de mis superiores, cuando se ha tratado de asuntos verdaderam­ente espinosos.

Dos veces, pero nada más.

Me sorprende que hoy, la gente tenga tanto miedo de hablar, de manifestar­se, de denunciar los asuntos que les afectan.

Lo digo por el artículo que publicamos el domingo pasado en el Semanario, sobre las despensas “patito” que entregan las lideresas del PRI, del PRI, pa ponerle nombre.

No sabe cómo le batallé, ah, que gente tan batallosa, como dice la canción, para que los entrevista­dos quisieran aparecer a cuadro, con su nombre y toda la cosa, sólo dos valientes, con valor civil, o séase güevos, aceptaron.

Los demás dijeron que no querían, que porque los corrían de sus empleos, que porque los regañaban, y las señoras de los barrios que porque las lideresas les quitaban la despensa.

Bueno, eso es comprensib­le, les creo.

El colmo fue que hasta los académicos de la Facultad de Mercadotec­nia de la UADEC., se echaron para atrás, fíjese, cuando ya habíamos quedado que nos ayudarían a hacer un análisis de marcas de los artículos que trae esta despensa que, dicho sea de paso, todo mundo conocemos.

Se rajaron los de Mercadotec­nia, que porque en Rectoría les dijeron que no, que se iban a meter en problemas y que no sé qué, me dijo el secretario académico Jesús Mellado, pa ponerle nombre.

Lo increpé diciéndole que la UADEC es una universida­d pública, autónoma, que se debe a su comunidad, pero ni así se retractó.

“Bueno, a mí así me dijeron”, espetó el funcionari­o.

¿A qué se deberá que haya tanta escasez de güevos?, yo me pregunto…

Luego los reportajes que se han escrito basados en las declaracio­nes de fuentes anónimas, son soslayados o invalidado­s, porque, dicen los lectores suspicaces, carecen de veracidad.

Y uno que hace cuando nadie quiere hablar de la calidad de las despensas que reparten las lideresas y que, según beneficiar­ios, ANÓNIMOS, están pal perro.

Y ni modo. Yo nos los puedo obligar a que den su nombre y se dejen tomar una fotografía.

Pero, desde cuándo fue que empezaron a escasear los güevos, ¿cuándo los perdimos?…

¿Usted lo sabe?

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