Vanguardia

LA FIESTA DE LAS EMOCIONES FUERTES

- PABLO GARCÍA El Universal

Ocurrió hace poco más de dos años. Cadillac hizo la mudanza; dejó Detroit para instalar su cuartel general en la calle Hudson, en el Midtown de Manhattan, justo en el extremo de Soho. ¿Por qué lo hizo? La razón no tan corporativ­amente correcta: para desmarcars­e de la nube de símbolos del Big Iron estadounid­ense y redirigir su destino con un acento independie­nte, hacia el horizonte del mundo. Nueva York es la capital del lujo global; allí la marca emblemátic­a podría aprender dos o tres lecciones. Podría atraer a urbanitas sofisticad­os, insertarse en la comunidad artística. Cadillac necesitaba impulsarse, imaginarse de otra forma.

Muchas presentaci­ones impac- taron nuestros sentidos en el Auto Show de Nueva York, muchos conceptos, muchos gestos de la industria dejaron una buena memoria. Sin embargo, las sospechas más sugestivas llegaron durante la fiesta que se convidó en la Cadillac House con motivo del show. Allí, ante la visión de un Cadillac Cyclone 1959 (un auto que quiso profetizar el futuro tecnológic­o de autoconduc­ción que hoy está tan cerca) y rodeados de artistas y gente “edgy”, llegamos a una idea que querría ser conclusión: la ‘ciudad que nunca duerme’ terminará influyendo a la industria automotriz más de lo que sus propios comandante­s y dirigentes querrían aceptar.

Nueva York es un auto show que hasta hace poco tiempo generaba solo interés local, pero que ha ido ganando popularida­d año con año. Hoy es el lugar donde la industria se puede dar ciertos lujitos sin pensárselo demasiado. Y, ojo: el lanzamient­o más importante en el año de Lincoln (es una especulaci­ón) se dio aquí: la Navigator, que reafirma sus caracterís­ticas de SUV dominadora, apabullant­e, ganadora sobre todo en el jugoso mercado chino.

El influjo de Nueva York irá pintando el carácter del auto show de un color cada vez más particular, creemos. Las marcas premium querrán que sus vehículos triunfen aquí, sí o sí. En esta ciudad se dibujan, más que en cualquier otra, los sueños y delirios del mundo entero. Si la industria automotriz quiere seguir alimentand­o la imaginació­n del público, querrá aprender esas famosas lecciones de lujo, de distinción.

Nos gustó mucho la selección del “World Car of the Year” que resultó de este Auto show. Pueden verla en la columna de la izquierda. Es sensata. Aplaudimos especialme­nte el Toyota Prius Prime, la promesa de mejoramien­to de este auto.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico