Campañas: ¿las ensucian la violencia?
De acuerdo con información relevada ayer por la oficina del candidato a la Gubernatura del Estado por el Movimiento de Regeneración Nacional, Armando Guadiana Tijerina, su coordinador de campaña, Reyes Flores Hurtado, habría sido atacado por desconocidos, el domingo anterior, en la vecina ciudad de Monterrey, en hechos que le causaron lesiones que demandaron su hospitalización.
La forma en la cual ha sido presentada la información obliga a, por lo menos, no descartar la posibilidad de un “atentado” con motivaciones políticas en contra del dirigente partidista.
Y no puede descartarse tal posibilidad, entre otras cosas porque, de acuerdo con la versión difundida, el vehículo en el cual viajaba Flores Hurtado –quien aparentemente se dirigía a Saltillo– habría sido “interceptado” por dos camionetas sin placas provocando que el conductor perdiera el control de la unidad, se saliera del camino y posteriormente volcara.
No se han proporcionado mayores detalles, pero la oficina de campaña del abanderado de Morena no ha dudado en calificar el hecho como un atentado e incluso han señalado que el coordinador de campaña se encuentra “aislado” por razones de seguridad.
¿Estamos efectivamente ante un atentado motivado por razones políticas relacionadas con la contienda electoral en curso?
Habrá que esperar a que las autoridades del vecino Estado den a conocer los detalles de las investigaciones, pero al menos de forma inicial habrá que mantener esa posibilidad en el catálogo de opciones.
Resultaría, desde luego, sumamente lamentable que detrás del incidente se ubicaran motivaciones de carácter políticoelectoral. Un incidente de este tipo mancharía gravemente la elección que, si bien ha tenido un tono ríspido, no puede conducir al surgimiento de la violencia.
Igualmente lamentable resultaría que un hecho circunstancial pretendiera ser utilizado por un político para ganar notoriedad y, eventualmente, simpatías entre los electores.
Por ello, las autoridades de Nuevo León tendrían que ofrecer rápidamente un balance del caso, así como garantías de una investigación pulcra y eficiente que esclarezca los hechos con la mayor rapidez posible.
Es insano para el proceso electoral en marcha, que el ambiente se llene de especulaciones en cualquier sentido, pero también lo es que un hecho de violencia pudiera quedar impune.
Ciertamente los acontecimientos señalados no ocurrieron en territorio coahuilense, pero la cercanía entre las ciudades de Saltillo y Monterrey obliga necesariamente a considerar la posible vinculación de lo ocurrido con el proceso electoral local.
Por ello también, valdrá la pena que las autoridades de nuestra entidad provean la colaboración necesaria a fin de esclarecer lo ocurrido a la brevedad posible.
¿Estamos efectivamente ante un atentado motivado por razones políticas relacionadas con la contienda electoral en curso?