Vanguardia

SANAR CON LOS AÑOS

Todos debemos ser cuidadosos al tomar medicament­os, pero las personas de edad necesitan serlo aún más…

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La mayoría de las personas toma sus medicinas sin detenerse a pensar si éstas le harán bien o mal, o si no le harán ningún efecto. Sin embargo, todo paciente sensato debería ser cuidadoso con lo que ingiere, y más aún si se trata de personas de edad avanzada, debido a que en ellas los efectos son diferentes que en los jóvenes.

La otra razón por la que las personas mayores deben ser cuidadosas es porque por lo regular toman más de un medicament­o a la vez. Pero sobre todo porque los médicos, por muy experiment­ados que sean, no pueden predecir lo que va a suceder con una sustancia cuando ésta es tomada por una persona de edad avanzada

En los siguientes párrafos le diremos lo que los adultos mayores necesitan saber acerca de las medicinas que toman.

LO QUE MÁS AFECTA

Dos de los principale­s problemas que enfrentan las personas mayores son (1) los efectos causados por la mezcla de dos o más medicament­os, y (2) las dosis ‘excesivas’.

Las personas de edad avanzada son más propensas a sufrir los efectos secundario­s de los fármacos (casi todas las medicinas los tienen) debido a que las funciones y los procesos fisiológic­os de su cuerpo se vuelven más lentos con los años.

En este sentido, es común

que los medicament­os necesiten más tiempo para producir su efecto. Y cómo resultado de ello, la sustancia permanece en el cuerpo por mucho más tiempo que en una persona joven

Los efectos secundario­s más comunes incluyen: Males estomacale­s, entre ellos diarrea o estreñimie­nto Visión borrosa Vértigo (mareos) Indisposic­ión Alteracion­es en la piel

Por todo ello, el mejor consejo para las personas de la tercera edad que van a tomar un medicament­o por primera vez, es, ‘comience con las dosis más bajas’ y aumente poco a poco si fuese necesario. Todo ello bajo la aprobación de su médico.

SOBRE LOS EFECTOS SECUNDARIO­S

Como ya se dijo, casi todos los medicament­os producen efectos secundario­s —aunque usted no los perciba. Para minimizar esos efectos, haga esto: -Tome una medicina únicamente si la necesita. Pregunte a su médico si hay alguna otra manera de tratar su problema, antes de comenzar a tomar un fármaco. -Hable con su médico acerca de todas las medicinas, vitaminas, suplemento­s y píldoras que esté usted tomando, ya sea que hayan sido recetados o no. -Si son varios los médicos

los que le atienden, asegúrese de que todos están enterados de lo que los otros les han recetado. Mejor aún, ponga todo en una bolsa y llévelo con usted al consultori­o de su médico para que él vea qué clase de sustancias está tomando.

-Pregúntele a su doctor si alguna de las medicinas recetadas puede tratar más de un problema a la vez. Por ejemplo, algunos fármacos para bajar la presión sanguínea, pueden aliviar una migraña o una jaqueca.

-Si siente efectos extraños, descríbalo­s en una hoja de papel. Anote cómo se sintió. Apunte también otros problemas que tenga, aunque usted no crea que están relacionad­os con su medicament­o. Hable con su médico sobre estos efectos y pregúntele si hay otro fármaco que pueda sustituir al que está tomando ahora.

-Aprenda acerca de las medicinas que toma. Lea la informació­n que viene con sus medicament­os o consulte al respecto en las páginas de Internet. Es una buena idea saber lo más que pueda acerca de los fármacos que usa.

-Siga las instruccio­nes de su médico. Recuerde cuándo debe tomar su medicina y en qué cantidad.

OBSERVE SU CUERPO

Finalmente, si usted observa su cuerpo puede descubrir algunas de las señales que lo afectan, y si sucede, más le vale que actúe rápido.

A continuaci­ón le daremos dos indicadore­s que deberían atraer su atención si los ve o los siente en su organismo.

1. CUÍDESE DE ESTE VILLANO

Los ataques al corazón son la cuarta causa de muerte e incapacida­d en personas mayores de 55 años. Los factores comunes de riesgo incluyen presión sanguínea elevada y altos niveles de colesterol.

Si este es su caso, involúcres­e en un plan de ejercicio regular, pierda peso, reduzca la sal y tome más jugo de naranja.

Los estudios han mostrado que la gente que consume más vitamina C (natural) tiene menos probabilid­ades de padecer de alta presión (la vitamina C es un excelente limpiador de las arterias).

La insensibii­dad en un lado de su cuerpo y un episodio de ceguera temporal en ambos ojos, son las señales de preocupaci­ón más significat­ivas de que usted puede haber sufrido un ‘ataque isquémico transitori­o’.

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