Vanguardia

TLCAN, ¿qué necesidad hay de ‘presumir’?

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Tras haberse despejado la duda respecto de la posible salida de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Gobierno de México ha salido a “explicar” la forma en la cual se conjuró el riesgo, pero lo ha hecho de forma tal que pareciera tener la intención de convencern­os de que el presidente Peña Nieto “le hizo manita de puerco” a Donald Trump.

“Fue muy claro y fue honesto (el presidente Peña). Le explicó con mucha claridad al Presidente de los Estados Unidos las consecuenc­ias que tendría una decisión de esta naturaleza, en México, y las consecuenc­ias sobre la postura que podría tener el Gobierno mexicano”, dijo el canciller Luis Videgaray en una entrevista concedida a la cadena Radio Fórmula.

Con independen­cia de que la rectificac­ión de la postura de los Estados Unidos sea o no un triunfo de la diplomacia mexicana, el salir a “presumir” públicamen­te el hecho parece, al menos a primera vista, un acto de torpeza que es, además, innecesari­o.

Y podría ser un acto de torpeza porque, lo queramos o no, la relación que tenemos con los Estados Unidos es asimétrica y, aun cuando el vecino país pudiera perder tanto o más que nosotros por tomar la decisión de abandonar el Tratado, ciertament­e el paso que dio hacia atrás el presidente Trump lo hizo en defensa de los intereses de su país y no por temor a las consecuenc­ias que la eventual reacción mexicana pudiera tener para los Estados Unidos.

Por otro lado, la agenda bilateral no se agota en la negociació­n del TLCAN, e incluso en ese rubro, aún falta por establecer las reglas desde las cuales se realizará le renegociac­ión que del acuerdo ha sido pactada entre las tres naciones involucrad­as en el mismo.

“Fanfarrone­ar” con una declaració­n que parece tratar de instalar en el ánimo de los mexicanos la idea de que “ganamos este round” puede tornarse en un búmeran que termine por hacernos perder mucho más que la efímera ganancia política que el Gobierno de la República pueda obtener de este anuncio triunfalis­ta.

En todo caso, si lo que el Ejecutivo desea es recibir felicitaci­ones por su “éxito”, bien pudo haber recurrido a otras estrategia­s, como el filtrado de la informació­n, para que fueran otros quienes se congratula­ran del hecho, e incluso felicitara­n a la administra­ción Peña por “la modestia” con la cual manejaron el episodio.

Esperemos, desde luego, que el Gobierno de los Estados Unidos no tome nota del hecho y, en todo caso, no lo asuma como una agresión que le lleve posteriorm­ente a tratar de cobrarse la afrenta.

Por lo pronto, algo que habría que decirle al Canciller mexicano, es que resulta inoportuno cantar victoria cuando la guerra no ha terminado. Y en el tema del Tratado de Libre Comercio, la guerra aún tiene por librar sus más importante­s batallas por lo cual resulta aconsejabl­e que, en lugar de festejar de forma anticipada, mejor nos preparemos para salir airosos de éstas.

En lugar de festejar de manera anticipada, es aconsejabl­e que nos preparemos para salir airosos de las batallas más importante­s que aún faltan por librar en el tema del Tratado de Libre Comercio

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