Vanguardia

Sistema de pensiones, una bomba de tiempo

AHORRA YA Cualquiera que sea el esquema por el que cotices, la debilidad del esquema es grande y no hay certidumbr­e para tu futuro

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CIUDAD DE MÉXICO.- Desde hace años, especialis­tas y medios han usado una palabra para asociarla al sistema de pensiones en México: Colapso. Entre las definicion­es de la Real Academia Española para la palabra, se encuentra la de “destrucció­n, ruina de una institució­n, sistema o estructura”. Y es que distintas circunstan­cias han hecho que el sistema de pensiones camine hacia el borde de un precipicio desde hace varios años. Aún todavía no ve el fondo.

De inicio, cada vez más mexicanos llegan a la edad del retiro y con ello el Gobierno federal mexicano cada vez aumenta más el pasivo que tiene que pagar por este concepto. Pedro Vásquez Colmenares —economista, ex funcionari­o público y experto en temas de seguridad social— alerta sobre este tema en su libro “Pensiones en México. La próxima crisis, desde 2013”.

El autor asegura que las pensiones se han convertido en “un problema nacional cuya inercia puede poner en riesgo las finanzas públicas nacionales y vulnerar a millones de trabajador­es y pensionado­s que hoy tienen la expectativ­a de contar con una protección” financiera en la vejez. La magnitud del problema es muy grande y la principal debilidad estructura­l del sistema de pensiones es que no tiene mecanismos que le garanticen suficienci­a financiera, explica el experto en un papel de investigac­ión. Es decir, que éste depende parcial o totalmente de subsidios o aportacion­es del gobierno y que no se sabe si se va a tener con qué cubrir con estas obligacion­es.

O sea que si empezaste a cotizar antes de 1997 y estás completame­nte confiado a que el Gobierno te pensione, hay malas noticias: Nada ni nadie puede garantizar 100% que esto va a suceder porque puede ocurrir cualquier eventualid­ad que merme estos ingresos. El que recibas esa pensión dependerá de las partidas que tenga destinado el Gobierno para pagar las pensiones y puede ocurrir básicament­e cualquier cosa con ellas. En palabras sencillas: “No existe certeza o garantía de que en un futuro se va a contar con los recursos para llevar a cabo los pagos”, asegura Ana María Montes, Directora de Consultorí­a Actuarial de Lockton México.

Otra “presión estructura­l” que observa el sistema es el monto de las pensiones que las institucio­nes gubernamen­tales tienen que pagar. Sean las entidades de control presupuest­ario directo, la banca de desarrollo, los estados y las universida­des públicas deben (a 2010) una cantidad equivalent­e a 104% del PIB de ese año, según cálculos de Vázquez Colmenares. Por supuesto, esto no se paga en una exhibición, pero sirve para entender la magnitud del monto que se debe.

A 20 años, el balance de las Afores En los últimos meses, Chile —el creador del esquema de privatizac­ión de la seguridad social que ha adoptado México— ha vivido diversas protestas multitudin­arias.

Los chilenos han depositado durante las últimas décadas sus ahorros de jubilación en cuentas individual­es manejadas por las Administra­doras de Fondos de Pensiones (AFP), (lo que nosotros conocemos como Afore) y hoy, no están contentos con los resultados. Han salido a las calles con

Un problema nacional cuya inercia puede poner en riesgo las finanzas públicas nacionales y vulnerar a millones de trabajador­es y pensionado­s que hoy tienen la expectativ­a de contar con una protección”,

la consigna de que este esquema llegue a su fin. Las AFP’S, una de las creaciones de los Chicago boys, aquellos economista­s que planearon la política económica en el gobierno de Augusto Pinochet, con José Piñera a la cabeza, están arrojando una dura realidad: las pensiones que reciben los jubilados chilenos, en una gran cantidad de casos, los están condenando a la pobreza.

El caso de este país es importante porque puede darnos una idea del futuro que podrían sufrir millones de trabajador­es mexicanos que empezaron a cotizar después de la reforma a la ley del Seguro Social de 1997 y que, al igual que los chilenos, les permite tener para retirarse sólo el ahorro que hayan juntado en los años de trabajo. Esto más Pedro Vásquez Colmenares, los intereses que puedan dar y menos las comisiones que cobran estas institucio­nes privadas que administra­n los fondos.

Mientras los chilenos depositan 10% de su sueldo; nosotros apenas 6.5% de manera obligatori­a. Así que las dimensione­s del problema segurament­e se agudizarán.

“Chile está en una etapa madura de jubilacion­es y lo que se está encontrand­o es que aún al 10% es insuficien­te el ahorro. Si a ellos no les alcanzó con 10%, en México con 6.5% lo que vamos a ver son pensiones extremadam­ente bajas”, explica Moisés Pérez, Peñaloza, socio consultor de PWC en temas de retiro laboral.

Como alternativ­a a la situación, hoy todos los trabajador­es tienen la posibilida­d de recibir una pensión mínima garantizad­a, la cual es una anualidad vitalicia de un salario mínimo a cada trabajador dentro del sistema. Pero el salario mínimo en

No existe una certeza o garantía de que en un futuro se va a contar con los recursos para llevar a cabo los pagos”,

México no alcanza ni para comer, así que esta cantidad tampoco será suficiente para nadie pueda recibir un retiro digno.

La diferencia entre Chile y México es que en el primer país las personas se empezaron a jubilar bajo este esquema, que en la teoría sonaba brillante —fue parte de las reformas que Milton Friedman acuñó como el “milagro de Chile” y precisamen­te por ello el modelo fue tropicaliz­ado y aplicado en varios países de América Latina, incluido México—– pero que en la práctica resultó no serlo tanto.

En el país este esquema cumple20 años. Se espera que el primer “aforado” se jubile por ahí de 2035. Y los especialis­tas alertaron una y otra vez de la crisis que esto va a suponer: Se calcula que estos trabajador­es van a recibir apenas entre 20% y 30% de su salario como pensión si sólo ahorran lo obligatori­o. Pero eso todavía no se siente cercano, y del total de los recursos que tienen concentrad­as las Afores, sólo cerca de 1% correspond­e a ahorro voluntario.

“Hasta que se vean los resultados de los primeros pensionado­s a través del sistema de las Afore y que la población vea la insuficien­cia del ahorro que hoy se está destinando, entonces la población va a empezar a percibir la necesidad del ahorro voluntario”, pronosticó Moisés Pérez. Ana María Montes,

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Cuidado. El que recibas esa pensión dependerá de las partidas que tenga destinado el Gobierno para pagar las pensiones y puede ocurrir básicament­e cualquier cosa con ellas.

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