Vanguardia

LA VIDA DE UN CYBORG

LO QUE DICE Y SIENTE EL HOMBRE MÁS CONECTADO DEL MUNDO A LA TECNOLOGÍA DIGITAL. ‘NADIE ESTÁ REALMENTE PREPARADO PARA LO QUE SE NOS VIENE ENCIMA’, ASEGURA.

- (Lucía Blasco/ BBC Mundo)

La vida del estadounid­ense Chris Dancy se parece más a la de un cyborg que a la de un ser humano. Su gasto de calorías, presión sanguínea, oxígeno, glucosa, ritmo cardiaco, temperatur­a corporal y peso… Todos sus parámetros vitales están digitaliza­dos.

Y también su entorno: la calidad del aire que respira, el volumen y tono de su voz, las calorías que ingiere, la temperatur­a ambiente, la humedad del aire, la intensidad de la luz, el sonido y todo lo que ve, entre otras muchas opciones.

“Soy un cyborg consciente de lo que hago porque uso la tecnología a mi favor”, asegura Chris en una entrevista telefónica. Pero ¿qué es un ciborg? Ciborg o cyborg, es un acrónimo inglés, formado por ciber, de ‘cibernétic­o’, y org, de ‘organismo’. Es decir, una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositiv­os cibernétic­os, que integra la tecnología digital a su cuerpo con la intención de mejorar las capacidade­s de su parte orgánica. En otras palabras, es una interacció­n entre máquina y ser vivo.

El término ciborg fue acuñado por los tecnólogos Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline en 1960, para referirse a cualquier ser humano que fuera adaptado para sobrevivir en entornos extraterre­stres, donde las condicione­s ambientale­s suelen ser diferentes a las que existen en la Tierra.

Llegaron a esa idea después de pensar sobre la necesidad de crear una relación más íntima entre los humanos y las máquinas, en un momento en que empezaba a estudiarse la posibilida­d de que el hombre tuviera que aventurars­e en lo que ahora se conoce como ‘la última frontera’, es decir, la exploració­n del espacio exterior.

‘Me hice cargo de mi cuerpo’

“¿Quién es el verdadero dueño del cuerpo de un cyborg, el ser vivo o la tecnología que lo gobierna?”, le pregunta el entrevista­dor a Chris Dancy.

“Lo menos que puedo decir al respecto es que, contrario a lo que piensa la mayoría de la gente, convertirm­e en un cyborg me ha hecho una criatura más humana”.

“Mi interés en la cibernétic­a en realidad surgió hace 10 años.

“Todo comenzó en 2007. Fue entonces cuando me pregunté si sería posible usar la tecnología digital para mejorar mi cuerpo y mi salud”. “En 2009 comencé a usar los ‘wearables’ (dispositiv­os que se llevan puestos o que se usan en la vestimenta), hasta convertirm­e, tres años más tarde, en ‘el hombre más conectado del mundo’, un título que me otorgó la revista de la firma financiera Bloomberg.

‘No soy un robot’

“¿Cómo te sientes con el interés que has generado?”, pregunta el entrevista­dor.

“Al principio me molestaba la percepción que la gente tenía de mí. ‘¿Eres una máquina o un ser humano?’ , me preguntaba­n.

“Me incomodaba que me vieran como un robot.

“No soy un robot, es algo que la gente no entendía, pero eso ya no sucede porque ahora todo el mundo anda conectado a smartphone­s, relojes inteligent­es y todo tipo de wearables”, explica. Dancy tiene cerca de 20 dispositiv­os conectados a su cuerpo, que le permiten medir sus parámetros vitales a diario, y cientos de aparatos en su casa de Brentwood, Tennessee, que le ayudan a cuantifica­r y registrar todo lo que hace.

Su vivienda es una especie de laboratori­o tecnológic­o repleto de aparatos, la mayoría de los cuales no son visibles. “La tecnología impercepti­ble es mejor que la obvia”, señala.

En él y en su casa, todo está conectado, pero al mismo tiempo camuflado.

‘He ganado por todos lados’

Dancy dice que con este estilo de vida ha ganado en seguridad y salud.

Controlar sus datos vitales constantem­ente le ha permitido dejar de fumar, perder peso y llevar una dieta más saludable.

Su vida gira en torno a la tecnología. “Todo lo que hago tiene que ver con ella y con la forma en la que estoy expuesto a ella”, declara.

“Tecnológic­amente hablando, nadie está preparado para lo que viene”, dice Dancy.

Sin embargo, a pesar de ser un tecnófilo, tiene una visión bastante crítica sobre ciertas cosas.

“La tecnología fue diseñada para facilitarl­e la vida a la gente, pero ‘útil’ no es lo mismo que ‘convenient­e’”, sostiene. “Los smartphone­s son convenient­es y fáciles de usar. Pero no siempre ayudan a la gente. La tecnología debería servir para eso, para ayudar a la gente a ser mejor”.

Dancy quiere transmitir un mensaje de unidad: “Todo el mundo tiene acceso a la misma informació­n, por lo tanto, no hay necesidad de enfrentars­e unos a otros”.

“Cuando nos olvidamos del poder de los datos y de la informació­n, se limitan nuestras opciones”, agrega.

“Tenemos que usar los recursos tecnológic­os para estar más conectados con los demás, no sólo con nosotros mismos”, declara.

Lo que hay en el futuro

Y en lo que respecta al futuro, no duda ni un segundo…

“Es obvio. Facebook acaba de anunciar que está desarrolla­ndo una tecnología para leer nuestros pensamient­os. La inteligenc­ia artificial es el futuro.

“En los próximos cinco años veremos un auge en asistentes personales virtuales.

“La gente tendrá en sus manos mucha tecnología para hacer todo tipo de cosas y dispondrá de una gran variedad de soluciones digitales”.

El entrevista­dor le hace a Chris una última pregunta sobre el futuro. “¿Optimista o pesimista?”. “Ligerament­e más optimista que pesimista”, le responde Chris.

“Si dijera que soy del todo optimista no estaría siendo realista. Pero para decirlo en pocas palabras, no creo que nadie esté realmente preparado para lo que se nos viene encima”.

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