PRI DIVIDIDO: PARTIDO DERROTADO
FORO DE VANGUARDIA
Armando Castilla Galindo, Director del periòdico VANGUARDIA PRESENTE.- Primera parte
El actual proceso electoral de Coahuila, en donde se renovará al titular del Ejecutivo estatal, así como los 38 presidentes municipales y los 16 diputados del Congreso local (además de los 9 diputados de representación proporcional), presenta singularidades en donde, por primera vez en la historia de la entidad, en la que durante 88 años no ha habido ninguna alternancia que desplace al dominio del PRI, se presentan posibilidades reales que presagian la derrota de ese Partido.
¿En qué se basa esta afirmación? En el hecho de que las tres grandes “derrotas” que ha sufrido el PRI a nivel presidencial, denotan fracturas relevantes que desalentaron el sentido del voto de sus militantes (situación que se ha repetido en múltiples elecciones a nivel de gubernaturas locales), y que han sido: 1) Cuando Cuauhtémoc Cárdenas compitió contra Carlos Salinas de Gortari (aunque de su triunfo fue groseramente despojado); 2) Cuando Francisco Labastida participó con un PRI dividido (por Zedillo) contra Vicente Fox; y 3) Cuando Felipe Calderón ocupó la Presidencia de la República, dejando en tercer lugar al candidato del PRI, Roberto Madrazo Pintado, división que se presentó al igual que en el caso anterior, con la formación el grupo TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo) conformado por gobernadores del PRI.
Ahora bien, ¿en qué condiciones se encuentra actualmente el PRI comarcano y su mentor el gobernador Rubén Moreira en el proceso electoral en curso?
En primer lugar, encontramos al Gobierno Federal priísta encabezado por Enrique Peña Nieto, profundamente desprestigiado ante la opinión pública, ya que la corrupción en todos los ámbitos de Gobierno ha alcanzado niveles inaceptables, aunado a la inseguridad y a la violencia que ha superado los récords del Gobierno de Felipe Calderón, ya de por sí altísimos, con el añadido de una economía estancada y por una serie de políticas antipopulares como el aumento al precio de las gasolinas y los topes salariales, lo cual ha afectado directamente el poder adquisitivo y el nivel de vida de la mayoría de la población trabajadora de nuestro país.
En segundo lugar, es indiscutible que a la fecha el PRI coahuilense presenta tres importantes fracturas en sus liderazgos políticos que han minado la confianza de sus militantes y la fuerza numérica necesaria para alcanzar sus anhelados triunfos electorales.
El panorama no puede ser más desalentador para el moreirismo, ya que aunque no se quiera reconocer, y los analistas políticos no sean capaces de percibir, la división en la militancia partidista no se ha dado en el PAN, se ha dado en el PRI en los siguientes tres momentos significativos: Cuando Rubén Moreira impone a su delfín Miguel Riquelme, desplazando las aspiraciones de la mayoría de la militancia priísta que deseaba y exigía una renovación en la conducción de la administración estatal, ajena al moreirismo. Así, entre los grupos desplazados por esta imposición, se encuentran en forma relevante el de Enrique Martínez y Martínez, mismo que fue “desterrado” de Coahuila con el cargo de Embajador de México en Cuba, por sus continuas y públicas reclamaciones a las administraciones de Moreira I y Moreira II, abonada tal circunstancia por el hecho de que durante su administración, la entidad pasó a tener una deuda bancaria en ceros, a un Estado con más de 37 mil millones de pesos de deuda contraída en la administración del Profe. Humberto Moreira, y que durante los 6 años de gobierno de su hermano Rubén, sólo se ha concretado a pagar los intereses de la misma. Por eso, la consigna actual de los enriquistas es: “Voten por quien quieran, menos por los Moreira”. Con la abrupta renuncia del Lic. Javier Guerrero al PRI y su postulación como candidato independiente para contender por la Gubernatura del Estado, hecho que conlleva a que decenas de miles de priístas, así como ciudadanos sin partido, lo vean como una opción real para alcanzar el triunfo, terminando con la corrupción y el desorden administrativo de los Moreira que han llevado a que cada coahuilense deba actualmente la cantidad de 13 mil pesos desde el momento en que nace. Lo anterior, sin considerar los 45 mil millones de pesos que debe en el mediano y largo plazo el sistema pensionario de la entidad, representado por el Instituto de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, los de algunos municipios, así como por la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación (Dipetre) que aglutina a los maestros de la Sección 38 del SNTE, de la UADEC y de la Narro; y, Con la postulación del Profe. Humberto Moreira como candidato a diputado plurinominal por el Partido Joven, situación que evidencia un enfrentamiento directo en contra de su hermano Rubén, asumiendo con ello incluso su expulsión como militante del PRI, situación que desalienta y confunde a un segmento importante de militantes priistas.. En consecuencia, nos encontramos ante un panorama donde resalta un priiísmo coahuilense profundamente dividido que si bien basa su triunfo electoral en su “voto duro”, actualmente se encuentra en grave riesgo de seguir siendo manipulado por los operadores y lideresas del partido, ante la inconformidad surgida por las imposiciones y arbitrariedades para imponer a sus candidatos en los diferentes puestos de elección popular. (Continuará)
Hortensia Hernández Méndez