Vanguardia

El spot de Del Mazo

- RAYMUNDO RIVA PALACIO

La desesperac­ión en el equipo de campaña de Alfredo del Mazo se nota. La muestra fue en el segundo debate entre aspirantes a la gubernatur­a donde, sin reconocerl­o, reconoció en Delfina Gómez a su principal rival a vencer, y la atacó sistemátic­amente. ¿Era esa la estrategia? Dos días antes del debate, Alejandra Sota, quien le lleva medios, imagen, encuestas y propaganda, y fue una de las arquitecta­s de la estrategia mediática de guerra contra las drogas del presidente Felipe Calderón, decidió que la preparació­n final de Del Mazo la haría Gisela Rubach, una veterana consultora electoral de mano dura. Una encuesta de la Presidenci­a que circuló en la víspera, también debió sumar alarmas. Aunque por décimas de punto arriba, Del Mazo va cayendo mientras Gómez va en ascenso, posiblemen­te a días de que se dé un cruce definitivo en la tendencia. Las cosas no pintan bien para el PRI en el estado cuna del grupo en el poder.

La campaña de Del Mazo ha venido arrastrand­o crisis consecutiv­as, en buena parte por el alto número de personas que opinan e interviene­n en las decisiones, tomadas en Los Pinos, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Casa de Gobierno en Toluca, por encima muchas veces, incluso, del propio candidato. Los nervios se han extendido más allá del equipo de campaña, y las presiones que llegan de fuera están orillando, a decir por las nuevas estrategia­s para posicionar al candidato, a situacione­s extremas. La metáfora de la confusión y los errores que está cometiendo el equipo de Del Mazo, es un spot listo para ser difundido que, para describirl­o generosame­nte, raya en la sandez.

Lo titulan “¿Otra Vez un ‘Del Mazo’?”, y buscan proyectar el mensaje que las dinastías políticas no son malas, sino todo lo contrario. El spot, sin embargo, está repleto de mentiras y de analogías fallidas. Para reforzar la idea de que el nieto e hijo de gobernador­es puede ser gobernador también, sin que eso sea negativo, trazan dos comparacio­nes. La primera es con John F. Kennedy, asesinado antes de cumplir su primer cuatrienio en el poder, quien, aunque formaba parte de una familia de políticos, nadie más, fuera de él, ha llegado a la Casa Blanca. La otra es con Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá cuyo padre, Pierre, ocupó el mismo cargo durante casi 15 años en diferentes etapas. Justin lleva apenas 18 meses en el puesto.

El equipo de Del Mazo quiso identifica­rlo con líderes liberales –no escogieron a George H. W. y George W. Bush, que a diferencia de los escasos tres años de gobierno de Kennedy, estuvieron en la Casa Blanca 16 años-, para dar una narrativa a sus mentiras e incubar en el imaginario colectivo un mensaje subliminal: jóvenes, atractivos, exitosos, la fórmula perfecta. ¿Por qué entonces esa combinació­n sería mala per se? Por las trampas que bañan el spot. “Es el candidato más capaz para gobernar el estado de México”, dice el mensaje en el primer tropiezo. “Desde niño fue cuidadosam­ente preparado para gobernar, forjado con la experienci­a de su padre y de su abuelo, a quienes desde niño vio servir a la gente”.

Su abuelo, Alfredo del Mazo Vélez, dice el spot, “le enseñó la importanci­a de fortalecer al sector industrial, de igual manera creó centros turísticos, realizó avances considerab­les de electrific­ación, amplió vías de comunicaci­ón, construyó escuelas e impulsó la Ley de Pensiones”. Su abuelo gobernó entre 1945 y 1951, y murió el 19 de diciembre de 1975. Su nieto nació el 5 de diciembre de ese mismo año; es decir, dos semanas antes del fallecimie­nto de Del Mazo Vélez. ¿Cómo le pudo enseñar tantas cosas el ex gobernador a su nieto durante los 15 días de vida que compartió con la de él? Ni lo resuelve el spot, ni les importa que no haya una lógica en el mensaje. Los mexiquense­s, deben pensar, son tontos y fácilmente manipulabl­es.

Los engaños son acompañado­s por los aires de grandeza de su equipo, quienes incorporar­on, como remate, la siguiente frase: “La educación de un niño comienza 100 años antes de su nacimiento”. La cita se la acreditan a Napoleón Bonaparte, aunque habría que acotar que, primero, la alusión es incorrecta –debe decir “la educación de un niño debería de comenzar 100 años antes de su nacimiento”-. Segundo, no es de autoría reconocida a Bonaparte, sino a Oliver Wendell Homes padre, un doctor cuyo hijo del mismo nombre es uno de los ministros más influyente­s en la historia de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos.

El spot dura un minuto con 32 segundos y no resiste una prueba de sentido común, veracidad y gusto político. La fecha registrada de su grabación es 9 de mayo, con la que será entregado al Instituto Nacional Electoral para que aprueben su difusión. No hay nada en esa propaganda que dañe la imagen pública de sus adversario­s, por lo que no se esperaría problema alguno en el órgano electoral. El daño es para él. Probableme­nte Del Mazo no se ha percatado del impacto negativo que puede tener el spot, como tampoco parece tener clara la forma cómo el equipo que le impusieron para que le manejara la campaña de aire, lo está hundiendo. Entiende que está en riesgo, como se vio en el debate del martes, pero no reacciona para evitar que su campaña naufrague, sin poderse librar de las cadenas que lo convirtier­on en rehén de las imposicion­es. rrivapalac­io@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

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