Magnate pide presupuesto para iniciar la construcción del muro
WASHINGTON.- Nunca se vio con tanta claridad el verdadero rostro de Donald Trump. Bajo la promesa de restaurar el sueño americano, su Administración presentó ayer su gran proyecto de presupuesto. Un plan de 4.09 billones de dólares (3. 6 billones de euros) para 2018, que solo permite el aumento de las partidas destinadas a defensa y seguridad nacional, incluyendo el muro con México, pero que propone recortes de tal magnitud (3. 6 billones de dólares, 3. 2 billones de euros, en una década) que dejarán los programas sociales y sanitarios para los más desfavorecidos al borde de la asfixia.
Bautizado con el ampuloso nombre de Nuevo Fundamento de la Grandeza Americana, el presupuesto exhibe tanto esa ambición torrencial que caracteriza al presidente de Estados Unidos como sus prejuicios. Los inmigrantes sin papeles, los desfavorecidos y sus hijos, la población subsidiada y hasta los discapacitados pasan por la guillotina contable.
Ya no se trata solo del recorte del Obamacare, la reforma que amplió el seguro médico a 20 millones de estadounidenses, sino de la caída de los grandes programas que han logrado dar estabilidad a una sociedad con más de 40 millones de pobres.
En 10 años Trump y sus asesores prometen que su proyecto reducirá el gasto en 3.6 billones de dólares, liquidará por completo el déficit (ahora situado en 600 mil millones) y rebajará la deuda pública del 76% del PIB al 59%. Todo ello bajo un constante aumento de los ingresos, que pasarían en ese decenio áureo de 3.65 billones a 5.72 billones.
Para lograrlo, el Presidente y sus economistas confían en un crecimiento sostenido del PIB. Una imparable subida que el año próximo sería del 4,4% (la mayor de este siglo) y que en 2027 alcanzaría un aumento del 55% respecto a 2018.