PREMIAN A LA MATERNIDAD DESENCANTADA
Esther M. García charló con nosotros sobre el poemario que le valió su primer premio internacional; uno donde aborda lo oculto sobre ser madre.
Esther M. García fue seleccionada como ganadora del XI Premio Internacional de Poesía “Gilberto Owen Estrada” por la fuerza de su lírica narrativa, con la que se atreve a manifestar un tema que escuece cuando una mujer lo externa: la maternidad y su lado oscuro.
La convocatoria hecha por la Universidad Autónoma del Estado de México recibió un total de 89 trabajos en su categoría de poesía, entre los que se encontraba “Mamá es un animal negro que va de largo por las alcobas blancas”, poemario que García postuló con el seudónimo de “Nadie”.
Tras la decisión unánime del jurado conformado por los poetas mexicanos Julia Santibáñez y Lucía Rivadeneyra así como el uruguayo Alfredo Fressia, la poeta fue anunciada del fallo a su favor el pasado martes.
“Me llenó de mucho gozo (la decisión) porque es un libro difícil, violento [...] la sociedad te enseña que como mujer es gozoso ser una madre, pero ya estando en el camino no lo es”, explicó para VANGUARDIA la ganadora.
García comenzó trabajando este poemario entre 2014 y 2015 como proyecto de su beca en el Programa de Estímulo a la Creación y el Desarrollo Artístico para continuar puliéndolo y finalmente presentarlo al premio del que ahora es ganadora.
“Dudaba porque era cuestión de medirse con autores de otros países, con más experiencia, pero dije ¡va!, porque no tenía nada que perder y en el fondo, cuando participamos en un concurso tenemos la espinita de que podemos ganar”, confesó.
La poeta será reconocida en agosto durante la Feria Internacional del Libro con un estímulo de 60 mil pesos. Además su trabajo será publicado, hecho que aseguró “será la ventana para que el poemario llegue más allá de la localidad, se encuentre con el lector y cumpla su objetivo de tener un impacto en el público”.
LA FEMINEIDAD OSCURA
La mujer, sus situaciones, sus vivencias y su condición actual han sido la materia viva de su obra, pues incluso antes de ser escritora, García pudo darse cuenta de que la mujer estaba sumida en ambiente de recato, silencio y opresión.
“Me interesa porque tuve una problemática acerca del cuerpo femenino y lo que es la femineidad. Siendo pequeña me identificaba más jugando con los hombres, pero me decían que no podía correr, abrir las piernas o hacer ciertos gestos porque ‘era mujer’ y eso yo no lo entendía”, aseguró.
Pronto concibió “las políticas y los lineamientos que hay en el cuerpo de una mujer, del que todos pueden opinar menos tu porque no eres dueña de tu cuerpo y para mi esa siempre fue una problemática muy fuerte porque tener un hijo, menstruar, arreglarte, maquillarte y muchas cosas de pronto eran cosas de todos menos de una”.
Así, “Mamá es un animal negro...” es la segunda parte de un círculo que comenzó con “Bitácora de mujeres extrañas” (2014) donde abordó la violencia sistemática que viven las mujeres en México y que finalizará con “Death Woman City”, que a la usanza de la épica, señalará el vencimiento de la mujer por los feminicidios en Ciudad Juárez, su ciudad natal.
Explicó que el libro ganador “aborda cuando lo materno se vuelve oscuro, monstruoso. Y en esa monstruosidad entran las depresiones, los abortos, los legrados, cuando pierdes un hijo, lo que conlleva y cómo te tratan los otros por eso ”, aseguró.
También se aproxima a lo difícil que es tener un embarazo por los cambios del cuerpo, el enfrentamiento con la realidad de tener un hijo y la tensión que se vive ya que “nos instalan que todo será bonito y romántico pero no es cierto, porque de pronto te transformas en una persona violenta y depresiva porque tus hormonas suben y bajan porque un feto está creciendo dentro de ti”.
Además del horror que genera en la actualidad que una mujer exponga estos tabúes, sus moto- res fueron experiencias propias en las que, por ejemplo, un médico le dijo “no sirves para tener hijos” al no poder concebir un embarazo con una pareja, así como una ocasión en la que estuvo internada entre mujeres que por un lado vivían el nacimiento de sus hijos y otras que acababan de perderlos, obteniendo una visión panorámica de diversas situaciones alrededor de la maternidad.
“Muchos dicen que la poesía no debe de ser tan política, que no debes hablar tanto de eso porque la poesía va más allá, pero yo creo que es justo y necesario, no puedes tapar el sol con un dedo, además la poesía sí debe transgredir los límites del entendimiento humano y es un poco nuestra responsabilidad como artistas hablar de lo que está ahí afuera”, aseguró.
Como influencias literarias para “Mamá es un animal negro…” se encuentran la venezolana María Auxiliadora Álvarez, quien en su libro “Cuerpo” habla sobre el trato hacia la mujer en un hospital durante su embarazo, así como la de la cubana Dulce María Loynaz, quien la ayudó a definir cómo se ve y se percibe un cuerpo femenino.
Para ella es importante que el tema se mantenga vivo porque aún hoy, existe gente a la que no le gusta que haya ganado este premio por motivos que ella considera que van desde el hecho de que es mujer, es norteña y aborda temas que no a todo mundo le gusta.
“Antes era “¿por qué las mujeres solo hablan del sentimentalismo, de los hombres y del amor?” y ahora es “pff ¿por qué se la pasan hablando de su cuerpo?” y quién los entiende. Creo que es necesario porque siendo hombres ellos no reglan, no se pueden embarazar, no van a parir nunca, ¿qué nos van a venir a decir o enseñar sobre nosotras mismas?”, finalizó.