Vanguardia

ESTIMADA ANA:

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Me da mucho gusto saludarte, deseando te encuentres bien. Me siento triste y ofendida por mi hermana. Sucede que mi papá se encuentra en cama sin poder levantarse, fue perdiendo fuerza en las piernas hace algunos meses. Tiene 90 años y vive con mi mama de 76.

Una de mis hermanas y yo vivimos a escasas cuadras de ellos y siempre estamos muy al pendiente. Cuando mi papá dejó de caminar, convoqué a mis dos hermanas a turnarnos para quedarnos a dormir con ellos y ayudarles.

Les dije que cada una iba a ayudar con pañales y demás cosas que se necesitarí­an. Cuál fue mi sorpresa que al estar hablando con ellas, una de mis hermanas dijo que no podía, pues le están descontand­o del sueldo la mensualida­d de la casa en donde viven mis papás y que en todo caso, mi otra hermana y yo le ayudáramos con esa mensualida­d.

Durante casi 18 años, mis papás vivieron en una casa de mi propiedad y en dos ocasiones en mi propia casa con mi esposo e hijos y durante todos esos años, yo me hice cargo de ellos, de hecho, hasta la fecha los sigo ayudando.

Cuando mi hermana adquirió esa casa, mi mamá le pidió a mi hermana que se las prestara porque quería estar sola con mi papá, por la privacidad y tranquilid­ad, pues estaban acostumbra­dos a vivir solos. De hecho, en una de las ocasiones que vivieron conmigo, no se adaptaron porque mi mamá tiene un carácter muy difícil, se preocupa por todo y es un poco manipulado­ra, pero es mi madre y la quiero mucho.

El caso es que ellos quisieron irse a esa casa de mi hermana, sin pedirnos opinión a los demás, pues también tengo un hermano que se fue a Estados Unidos desde hace 16 años aproximada­mente y con quien no contamos para nada, pues desde que se fue, jamás se preocupó por mis papás y menos por mandarles dinero.

Bueno, pues como le decía, mi hermana está muy molesta por lo que le dije, a pesar que tiene buen trabajo y ya no tiene a nadie a quien mantener, pues todos su hijos ya están casados. Se molestó porque le dije que nos quedáramos por las noches y comprar pañales y fue cuando le dije que esa casa ella se las había prestado a mis papás porque quiso.

Total, después me envió un mensaje al celular que decía que cómo era posible que yo pida ayuda para los pañales como si no tuviera recursos, que cómo es que sí tenía dinero para gastarlo en fiestas y tonterías y que segurament­e yo estaba planeando todo para quitarme la responsabi­lidad de mis padres, que yo soy la culpable de que ellos se quedaran sin casa y que de no haber sido por ella, mi mamá ya se hubiera muerto de los corajes que hacía.

Ana, me quedé helada con todo lo que me dijo en los mensajes, yo quise hablar con ella directamen­te, pero me colgó el teléfono.

Cuando mis papás estuvieron conmigo, jamás les pedí ayuda. Es más, aún tengo el dinerito de hace aproximada­mente 20 años que ellos vendieron su casita, que aunque en esos tiempos era poco, mi esposo y yo se los fuimos administra­ndo para que les rindiera más que tenerlo en el banco. Yo me hago cargo de medicament­os, consultas, estudios y otros cargos fuertes y mi hermana se sigue quejando porque paga su propia casa y la leche que les compra ¿cómo ves?

Me siento ofendida y decepciona­da de ella por todo lo que me dijo, pues pienso que en estas circunstan­cias de la vida es cuando más debemos de estar unidas, pero desgraciad­amente sacó su yo interno y siento que nuestra relación de hermanas ya no será como antes.

Me apena mucho esta situación entre hermanos, que casi siempre se da cuando los padres necesitan más de nuestra ayuda. Recibe un abrazo sincero,

CONSUELO

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