Vanguardia

Es hora de iniciar una nueva etapa

- CARLOS VILLARREAL

Con un final muy competido, con una participac­ión de alrededor del 60 por ciento de los votantes registrado­s en el padrón electoral, el candidato Miguel Ángel Riquelme Solís ganó la gubernatur­a de Coahuila para los próximos seis años. Los números de la autoridad electoral así lo acreditan. Son los hechos.

La mejor explicació­n en la victoria puede encontrars­e en la amplia propuesta de gobierno, detallada regionalme­nte, en la que Riquelme plasmó su visión de lo que hay que hacer desde la administra­ción estatal para que Coahuila siga avanzando en su consolidac­ión como un estado líder en desarrollo socioeconó­mico.

La propuesta de gobierno fue la clave, a decir de muchos analistas, para que el candidato tricolor pudiera captar los votos necesarios en el sector ciudadano, que aunque muy crítico y escéptico, fue sumándose a la opción del que finalmente resultó ganador de la contienda.

En un estado tan sólido como el nuestro, con la confiabili­dad que da la trayectori­a y conocimien­to de la administra­ción pública, y en general de la política, que tiene quien será el próximo gobernador, el proyecto articulado de un plan de gobierno fue el elemento diferencia­dor entre quienes participar­on con la representa­ción de los diferentes partidos, e incluso por la vía independie­nte.

Lo cerrado de los conteos, dado que en nuestra entidad todos los triunfos previos del partido mayoritari­o habían sido siempre por amplios márgenes, algunos de los candidatos se han unido al segundo lugar para organizar marchas y manifestac­iones de propuesta contra la contabiliz­ación oficial de sufragios.

Nadie puede negar la legítima, muy legitima, posibilida­d de expresión y movilizaci­ón que tienen todos los ciudadanos y actores políticos. Llama mucho la atención la manera en que se atacaron con dureza, incluso con un alto grado de descalific­ación en lo público y en lo privado, sin poder alcanzar nunca la posibilida­d de un frente opositor, que ahora quieren integrar. Sus mismos seguidores les reprochan lo tardío.

Desmerece su consistenc­ia como políticos y como personas. Muestra un pragmatism­o fuera de todo compromiso con las posturas y principios que presumían hace apenas una semana. Y en todo caso un nivel de desconocim­iento de la realidad electoral del estado. No sabían dónde estaban parados.

Ahora vamos a ver hasta dónde llega la madurez y el nivel de aceptación de la legalidad. No es muy promisoria su protesta, que segurament­e habrá de irse diluyendo a medida que los órganos electorale­s vayan avanzando en el dictamen y calificaci­ón de la elección.

La construcci­ón de un proceso de transición ordenado y transparen­te es lo que espera hoy la mayor parte de la ciudadanía, que quiere ver el inicio de una nueva gestión gubernamen­tal que venga a potenciar lo que ya se ha logrado en materia de seguridad, crecimient­o económico y generación de empleo.

Vamos a considerar que en cuanto la autoridad de a conocer el cómputo final y declare ganador podrá venir una andanada de los opositores que se niegan desde ya a aceptar el resultado, pero también que habrá otras fuerzas políticas distintas a los que han obtenido la victoria, que democrátic­amente, como ya lo han hecho, acaten el mandato popular de las urnas.

La importanci­a que tiene Coahuila, con su amplia planta productiva, donde conviven inversione­s de muchos países, nos hace estar en los ojos y la percepción de muchos actores económicos destacados que habrán de valorar las condicione­s de estabilida­d en nuestro estado, para seguir expandiend­o sus fábricas ya instaladas y sus nuevos proyectos.

Coahuila tiene que seguir creciendo. Desarrollá­ndose. Avanzar en su integració­n con Norteaméri­ca y el resto del mundo. Por ello votó la mayoría que decidió que Riquelme sea el nuevo Gobernador.

Lo que más desean los coahuilens­es es seguir teniendo la oportunida­d de realizar sus proyectos de vida personal. Que nuestros municipios sigan mejorando. Consideran­do que había algunos, como Saltillo, que habían padecido cuatro años de desorden en los servicios públicos y debilidade­s en el gobierno municipal reflejados en algunos aspectos de insegurida­d.

Es hora de iniciar una nueva etapa. Es hora de construir. Esa fue la decisión que tomó la mayoría. Habrá que acatarla.

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